Blogia
volandovengo

trasbordos

Un hombre pobre es quien no se puede ir de vacaciones. Un pobre hombre es quien puede irse de vacaciones pero no se va. Yo, posiblemente, reuna los dos calificativos (o participe de ellos, que no es lo mismo pero es igual). Y, por lo que veo, Granada está llena de pobres hombres pobres, pues el tráfico sigue como al principio y el aparcamiento es un milagro (menos para mi amigo Jesús Herrera, que parece que siempre hay un conductor esperándolo para, cuando él llegue, cederle su sitio).

Los que no vacacionamos, sentimos cierta envidia del que disfruta de su descanso estival y no comprendemos los servicios mínimos. Como si quienes nos quedamos en casa tengamos menos derechos que quien se va. Hay menos autobuses y los periódicos tienen menos páginas.

Además, parece que nuestros poderes fácticos, ordenan trabajar con más ahínco en la reforma de nuestra ciudad. Es decir, como si pensasen: "como la mayoría de nuestros ciudadanos se ausetan, al menos nosotros, vamos a dejar lo más fuerte de las obras para julio y agosto". O sea, un caos.

Y en ese caos me encuentro cuando salgo a la calle y subo al autobús y voy de parada en parada, como se fuese el Monopoly (aunque sin pasar por la salida y sin cobrar las veintemilpesetas). Lo bueno es que tengo bonobús (varios), que tienen trasbordo gratuito (hasta ahora que se paga aunque sale más barato). Lo malo es que el trasbordo no sirve después de transcurridos cuarenta y cinco minutos, que son los que pasas en el autobús en un atasco 'a mano armada' por culpa de las obras que al Ayuntamiento le ha dado por intensificar en verano porque cree que la mayoría estamos de vacaciones. (Lo mismo me voy unos diítas a la playa.)

1 comentario

Hueso -

"Vacaciones". Uy lo que me ha dicho. Menudo palabro.