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Pepe Agudo

Pepe Agudo

Desde que tengo razón de uso, soy consciente de que la muerte les llega sólo a los demás; pero hay veces que apunta muy cerca. Es como un juego de barquitos que, cuando el fallecido es ajeno, el tiro cae al agua. Sin embargo (y hoy es uno de esos momentos), cuando el desaparecido es alguien cercano, te sientes tocado e incluso hundido por momentos. La dama de la guadaña comienza su baile y no sabemos quien tiene en su agenda, cual será su próxima pareja.

Hay un cuento magnífico de Jean Cocteau al respecto que, por ser breve, reproduzco íntegro:

EL GESTO DE LA MUERTE

Un joven jardinero persa dice a su príncipe:

- ¡Sálvame! Encontré a la Muerte esta mañana. Me hizo un gesto de amenaza. Esta noche, por milagro, quisiera estar en Ispahán.

El bondadoso príncipe presta sus caballos. Por la tarde, el príncipe encuentra a la Muerte y le pregunta:

- Esta mañana, ¿por qué hiciste a nuestro jardinero un gesto de amenaza?

- No fue un gesto de amenaza –le responde- sino un gesto de sorpresa. Pues lo veía lejos de Ispahán esta mañana y debo tomarlo esta noche en Ispahán.

Pepe Agudo ha muerto. Puede que le tocara morir, pero para mí, para los suyos, para los que lo querían (que eran todos los que se habían acercado a él), se ha muerto como Ramón Sije a Miguel Hernández, como el rayo.

No se lo llevó un cáncer antiguo, no se lo llevó el quiste reciente en el pulmón, que sobrellevaba con estoicismo y valor. Fue un ataque fulminante, fue la picadura mortal del infarto.

Fue rápido, dicen. Era una gran persona, decimos. Un gran corazón que terminó por estallar, unos latidos a compás que se pararon. Porque Pepe Agudo era un buen flamenco, gran aficionado e impulsor de este arte en general y de sus creadores, de su conocimiento y de su difusión en particular.

Pepe era el Presidente de la Federación de Peñas Flamencas de Granada y como tal se le estimaba y se reconocía su labor sin fin. En todos los eventos estaba y se implicaba.

Echaremos de menos sus oles y sus gritos de ánimo al artista que sabe pellizcar en un escenario.

Merece la paz de su descanso y el homenaje tácito que le debemos los amigos, todos los flamencos.

2 comentarios

isidoro perez -

No encuentro forma de contactar con el administrador de la página o el autor del artículo. Por favor pónganse en contacto a través de mi correo, la Peña La Parra Flamenca tiene algo que solicitarle. Gracias.

lauzier -

Me encanta ese cuento. Un abrazo fuerte.