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volandovengo

Bis a bis

Bis a bis

El otro día una niña, con aroma en su nombre a bosque mediterráneo. Me inspiró un pensamiento. Andaba disfrazada con pañuelo en la cabeza y bolsa de basura a modo de saya con tres agujeros para la cabeza y ambos brazos. Un parche negro de papel pinocho difícilmente le tapaba el ojo derecho. Con el izquierdo, muy abierto, se declaraba pirata. No sé si de los más fieros, pero seguramente de los más auténticos que atraviesan las cálidas aguas caribeñas.

La bolsa se anudaba a la cintura con pita o bramante y simple nudo bosquimano. La “faldita” volaba como tul que danza.

Comprendí entonces que el niño egoísta siempre piensa en el yoyó, mientras la delicada y dadivosa bailarina utiliza el tutú.

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