Blogia
volandovengo

Parejas

Parejas

El pasado miércoles, 7 de marzo, estuve en La Tertulia, en un recital de apoyo al pueblo de Grecia, con el tácito lema de que ‘Grecia somos todos’. Nunca mejor dicho, esa sentencia, que se está convirtiendo en un tópico reivindicativo, en este caso tiene todo un poso de realidad. Puede que seamos los europeos que somos, los humanos que somos, gracias al pueblo heleno, padres del pensamiento y de la democracia, sin contar su aportación al teatro, a la escultura y al amor.

Organizado y dirigido por Nancy Azanasía Karantzia, de evidente origen griego, fue una noche interesante, variada y dinámica. Los poetas comenzaron, Alfonso Salazar, Juan Carlos Friebe y Pedro Enríquez, leyendo sus creaciones, alguna escrita para la ocasión. Carlos Andreoli comenzó el apartado musical acordándose de Javier Egea y su Noche canalla, para terminar en la noche del Albaicín. Ana Sola, al cante, y Pilar Alonso, a la guitarra, esparcieron un poquito de flamenco agradecido, con una soleá y una gacela de Lorca aflamencada, cercana al tango.

El increíble MagoMigue hizo un juego de cartas impresionante, al que aún estoy dándole vueltas, y, con ayuda lectora de Salazar, una cuera y unas tijeras, compuso una historia sobre los recortes con un corta y pega asombroso.

Terminó la velada la misma Azanasía cantando una canción alegre de su tierra, acompañada a la guitarra por Luis Otero, quien, con su paisana argentina Ana Valia, en el ecuador de la noche interpretaron dos hermosas canciones, El otro país de Teresa Parodi y Yo vengo a ofrecer mi corazón de Fito Páez, con un juego de voces encomiable. Luis con esos tonos graves que suenan como el eco del mundo; Ana es una soprano que, como la Academia, da brillo y esplendor.

Esta pareja de cantores argentinos, me recuerdan a esas otras parejas comprometidas de la misma tierra, de los años setenta, para mí míticas y, lamentablemente, de rabiosa actualidad, como son, por una parte, Olga Manzano y Manuel Picón (Los versos del capitán de Pablo Neruda, Fulgor y muerte de Joaquín Murieta o Caraballo mató un gallo) y, sobre todo, los hermanos Gambino, Claudina y Alberto, de origen granadino, con sus impagables grabaciones: Canción del amor armado (1975), Quiero decir tu nombre, libertad (1976) o Llamas (1978). Ellos fueron, que yo sepa, los primeros que vertieron a Georges Brassens al español.

* Luis Otero y Ana Valia en la foto, autoría de Beatriz Martínez.

2 comentarios

volandovengo -

Gracias Maherto. ¡Tantos años equivocado! Recuerdo que siempre se le han conicido como "hermanos Gambino". Los concebía de Granada, oriundos de Guadix, y tan sólo fue su paso por nuestras tierras.

Maherto -

Claudina y Alberto Gambino no son granadinos, sino argentinos, y no son hermanos sino pareja sentimental, o lo eran por lo menos al llegar a España en 1974.
http://www.cancioneros.com/co/167/2/claudina-y-alberto-gambino-por-fernando-g-lucini