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El torrente de José Valencia

El torrente de José Valencia

Dueño del compás y del jaleo, José Valencia alimenta los lunes del Teatro Alhambra con su cante estridente, pero no desbocado, al que incluso se le amplifica en demasía.

Conocimos a este catalán hermanado en Lebrija cantando para el baile, donde es toda una eminencia, reconocido y demandado por las grandes compañías de danza, queriendo apostar por un valor seguro. (Últimamente ha venido acompañando a Eva Yerbabuena.)

Hace algunos años, José comenzó a cantar para alante, avalado por su trayectoria y su saber, con resultados más que positivos.

Ahora graba su primer disco Solo flamenco, una declaración de intenciones, un intento de desnudar el cante de influencias externas, a veces nocivas. El resultado viene a presentarlo en este ciclo de la Junta de Andalucía.

Valencia se templa con malagueñas de la Trini y se abandola por Ronda, rematando enérgicamente por el Albaicín (bien ese final valiente). La frialdad del comienzo le pasa factura y la guitarra de Salvador Gutiérrez, normalmente eficaz, no le sirve de ayuda.

El lebrijano continúa sin pena ni gloria por soleá y taranto y levantica. Quizá abuse del mismo discurso en los cortes o en la ligazón de los tercios.

Para las cantiñas, que comienza a firmar con nombre propio, reclama el compás exacto de Juan Diego Valencia y Manuel Valencia. Y de los tientos-tangos pasa a las seguiriyas, que remata por cabales, quizá su mejor entrega, y donde el guitarrista aportó toques merecedores.

José Valencia también fue rey en las bulerías de su tierra, demostrando su dominio de los cantes rítmicos. Termina la fiesta a boca de escenario. (A este cantaor no le hace falta micrófono.)

De regalo, en vez de las prometidas tonás, hizo entrega de tres fandangos naturales, el último de ellos sin megafonía.

Un concierto correcto aunque raspado, quizá por la parquedad en sí, quizá por el desamor de una plaza exigua.

* Foto de Antonio Conde©.

2 comentarios

volandovengo -

Totalmente de acuerdo, Carmen. Ahí tenemos a Chano Lobato. Cuando quieras, ya lo sabes, tienes un sitio a mi lado en los espectáculos flamencos (sin hablar del vino prometido).

Carmen K. -

Cantar p'atrás no es nada fácil. Es ahí donde se curten los buenos cantaores.
Hubiera sido interesante disfrutar su concierto.