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volandovengo

Cuando estuve contigo

Cuando estuve contigo
te quise aprender de memoria.
Te advertí en cada gesto,
en cada mueca,
en cada una de tus palabras.
Fatigué tu sonrisa y tu mirada.
Catalogué tus luces
y también supe de tus sombras.
Recorrí cada poro de tu piel
como si fuera el plano de mi vida.
Me ancoré en tus rincones,
me sumergí en tus oquedades.
Quise repetir este viaje
como siempre las olas vienen
como siempre las olas van.

7 comentarios

volandovengo -

Ay, Rossy, perdóname, si vieras lo poco que me gustan estos textos de autoestima. Te regaría, por mucho que te conmuevan, que te abstengas de pegarlos en este foro. Prefiero con mucho los comentarios que salen de tu corazón.

Rossy -

Cuando me amé de verdad, comprendí que en cualquier circunstancia, yo estaba en el lugar correcto y en el momento preciso. Y, entonces, pude relajarme. Hoy sé que eso tiene nombre… autoestima.

Cuando me amé de verdad, pude percibir que mi angustia y mi sufrimiento emocional, no son sino señales de que voy contra mis propias verdades. Hoy sé que eso es… autenticidad.

Cuando me amé de verdad, dejé de desear que mi vida fuera diferente, y comencé a ver que todo lo que acontece contribuye a mi crecimiento. Hoy sé que eso se llama… madurez.

Cuando me amé de verdad, comencé a comprender por qué es ofensivo tratar de forzar una situación o a una persona, solo para alcanzar aquello que deseo, aún sabiendo que no es el momento o que la persona (tal vez yo mismo) no está preparada. Hoy sé que el nombre de eso es… respeto.

Cuando me amé de verdad, comencé a librarme de todo lo que no fuese saludable: personas y situaciones, todo y cualquier cosa que me empujara hacia abajo. Al principio, mi razón llamó egoísmo a esa actitud. Hoy sé que se llama… amor hacia uno mismo.

Cuando me amé de verdad, dejé de preocuparme por no tener tiempo libre y desistí de hacer grandes planes, abandoné los mega-proyectos de futuro. Hoy hago lo que encuentro correcto, lo que me gusta, cuando quiero y a mi propio ritmo. Hoy sé, que eso es… simplicidad.

Cuando me amé de verdad, desistí de querer tener siempre la razón y, con eso, erré muchas menos veces. Así descubrí la… humildad.

Cuando me amé de verdad, desistí de quedar reviviendo el pasado y de preocuparme por el futuro. Ahora, me mantengo en el presente, que es donde la vida acontece. Hoy vivo un día a la vez. Y eso se llama… plenitud.

Cuando me amé de verdad, comprendí que mi mente puede atormentarme y decepcionarme. Pero cuando yo la coloco al servicio de mi corazón, es una valiosa aliada. Y esto es… saber vivir!

No debemos tener miedo de cuestionarnos… Hasta los planetas chocan y del caos nacen las estrellas.

volandovengo -

Mercedes, por ahora, la versión que antecede es la última que retomé, o sea, la definitiva (¿o no?).

Mercedes -

Jorge, cuando lo culmines y estés satisfecho nos avisas que lo releamos.

volandovengo -

Gracias. El verso no es mi oficio. Perdonadme que le haya hecho unos cambios de última hora. Y todavía...

B -

Y a mí.

maría angustias -

Me gusta.