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Usos en la mesa

Usos en la mesa

Comer es un mundo. “Comer bien es uno de los placeres de la vida”, dice León Tolstoi en Ana Karenina.

Comer es un arte. “La sabiduría culinaria pertenece a las ciencias exactas”, exclama Italo Calvino en Palomar.

Sin embargo la comida puede ser un martirio para quien nos observa. Hemos visto de todo; desde las sutilezas entre el orden de utilizar los cubiertos, el uso del mantel o el lado correcto para servir el vino; pasando por las permisividades de coger ciertos alimentos con las manos, mojar pan en la salsa o inclinar el plato para apurar la sopa; hasta las verdaderas actitudes sancionables de comer con el cuchillo, sorber la sopa o comer con la boca abierta, amen de eructar en la mesa (sálvense los mahometanos), cortar el huevo con el cuchillo, hurgar la comida o picar en el plato del vecino.

Fernando Savater decía —cito de memoria— que mientras los animales corren, follan y comen, los humanos practican el atletismo, el amor y la gastronomía.

También es verdad que la primera norma que debe regir en un comensal es la naturalidad. Como decía Noemi Nicoloso Mongai: “Se viste siempre a gusto de los otros, pero se come a gusto propio”.

Sin embargo, si no queremos terminar comiendo solos (u odiados) y no queremos parecer animales concupiscentes (aunque tenemos más participación de ellos de lo que pensamos), haríamos muy bien en observar algunas normas de uso en la mesa, de protocolo, incluso.

Se cuenta que en Francia los cuchillos de mesa comenzaron a fabricarse con punta redonda porque el Cardenal Richelieu mandó redondearlos al ver que el canciller Pierre Séguier usar el suyo para limpiarse los dientes con la punta.

Aunque el uso del mondadientes o palillo higiénico (por muy sofisticado que se nos presente) no es mucho mejor. Veamos lo que se cuenta en La mesa moderna. Cartas sobre el comedor y la cocina cambiadas entre el doctor Thebussem y un cocinero de S.M:. “[Francia] es la que hizo poner el palillero sobre la mesa, dando lugar a ese escarbadientes continuo en que los comensales incurren sin malicia, pero con repugnancia pública”.

También diré que, en nuestro Siglo de Oro y quizá antes, salir con un palillo en la boca era símbolo de cierta opulencia, pues indicaba sin lugar a dudas que se había comido carne.

Para terminar con estos apuntes diré que Ambrose Bierce, en El diccionario del diablo, describe el tenedor como “instrumento usado principalmente para llevarse animales muertos a la boca. Antes se empleaba para ese fin el cuchillo, y muchas personas dignas siguen prefiriéndolo al tenedor, que no rechazan del todo, sino que usan para ayudar a cargar el cuchillo. Que estas personas no sufran una muerte atroz y fulminante, es una de las pruebas más notables de la misericordia de Dios con aquellos que lo odian”.

* Fotograma de Torrente (Apatruyando la ciudad).

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