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volandovengo

Desde el cielo

Desde el cielo

II Temporada Granada en Danda, Al trasluz

Mi opinión de este espectáculo, en principio, aparece algo sesgada, pues tuve la fortuna de presenciarlo desde un lugar remoto.

Desde que retiré mi entrada y vi que se trataba de la fila seis, me dispuse a hacer un buen trabajo de observación y crítica, pero, cuando me confirmaron que era la fila seis del segundo anfiteatro, empecé a dudar de mi buen criterio.

Es verdad, en la localidad lo pone, en la esquina inferior izquierda: ‘anfiteatro II’, y debajo, entre paréntesis: ‘visibilidad reducida’. Limitada, no sólo porque unas barandillas opacaban parte del escenario, sino que, desde esa distancia y altura, los actuantes se veían como cuando mi niño juega con los Playmobil. Así, desde el cielo, me atreveré hacer balance de la obra que cierra la segunda temporada de Granada en Danza.

Tampoco el sonido estaba fino. Una considerable merma de eficacia una música que, me consta, era de sobresaliente alto, pues Lucía Guarnido se rodeó de un cuadro de especial eficacia. Al cante, dos de las mejores voces que tenemos de su generación en Granada, Sergio Gómez y Alfredo Tejada. Cantaores que se complementan y se imbrican a menudo, creando una polifonía de agradable factura. A la percusión, Miguel ‘el Cheyenne’, un gran músico, respetuoso y comprometido. Y, sobre todo, a la guitarra, Luis Mariano, maravilloso creador musical, desde hace algún tiempo, de toda función flamenca que se precie en nuestra ciudad.

Al trasluz es una obra muy personal sin ningún argumento. Es un espectáculo maduro en el que Lucía Guarnido vuelve a las tablas, desde su reciente maternidad, para expresarnos lo que lleva dentro. Al trasluz es una apuesta de continuidad, según sus palabras, después ‘de dar a luz’ y ‘cómo al trasluz, o con la luz apropiada, las cosas se ven de otra manera’.

Lucía comienza con guajiras, con abanico y gracia colonial. La guajira siempre ha acompañado a esta bailaora. Es, en cierto modo, una de sus piezas estrella, que siempre redondea y dispensa sonrisas.

Los cantaores, haciendo gala de su dominio, de sus conocimientos y sus relimas, se regodean en las interpretaciones a palo seco, y, en los interludios entre baile y baile, proponen unos cantes de labor (trilla y aceituneras) y más tarde unos pregones que acaban solapando las voces, como digo, en una coda emocionada. También expondrán, ya con el resto de músicos, unas alegrías a boca de escenario.

Guarnido, con bata de cola blanca, aborda con sentimiento unas granaínas, rematadas con fandangos del Albaycín, haciendo honor a su tierra; a lo que seguirá una creación con guitarra, del maestro Luis Mariano, y unos tangos, con mandil y flor sobre la cabeza, muy de nuestro estilo. La concepción del espacio de la bailaora y su dominio simbólico son encomiables.

La sorpresa de la noche vino de la mano de Esther Crisol, interpretando primorosamente La llorona, con aires de fiesta, ese clásico del folklore hispanoamericano, recordado en la voz de Chavela Vargas.

El espectáculo termina con la bailaora de negro, vestido que se coloca en el mismo tablao, enriqueciendo la puesta en escena, cargada de detalles, por solea y bulerías.

* Foto de Juan Antonio Cárdenas Martín©, extraída del facebook de la bailaora.

2 comentarios

volandovengo -

Gracias, amigos de Contradanza. He abandonado mi blog sin perspectivas de retomarlo, pero no el flamenco y la reseña. Puntualmente estoy publicando en grabadaesflamenco.com

Contradanza Granada -

Una gran pena dejes en dique seco el blogs pues es una gozada leer tus articulos esperemos regreses pronto y sigas con tus post de flamenco un cordial saludo desde Contradanza Granada