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volandovengo

Un sueño simple

Un sueño simple

Flamenco Viene del Sur

La simplicidad de un argumento puede deslucir una obra. La puerilidad en el mensaje hace de sus escenas continua comicidad. Juan José Jaén ‘El Junco’ trajo el lunes pasado al teatro Alhambra su montaje “Por un sueño”, que resultó ser el intento de apretar una tuerca en un tornillo romo.

 

Zapatero a tus zapatos, que es como decir, bailaor dedícate a bailar y no a justificar filosóficamente más de una hora. No sé porqué todos tienen que contar cosas. No sé porqué la representación flamenca se tiene que teatralizar, sobre todo si es el baile el que está en juego (que siempre, de una manera u otra, se la juega).

No, aunque lo parezca, no estoy en contra de la dramaturgia en el espectáculo flamenco. Es más, agradezco cuando se aúnan todo tipo de artes, enriqueciendo así la oferta. Pero el instituto ya lo dejamos y es necesario exigir profundidad y rigor.

Me recuerda a los montajes de otro afamado bailaor granadino, que difícilmente superan el abecé.

Quizá falte una buena idea. Quizá falte un desarrollo coherente. Quizá falte una base dramática. Pero lo que sin duda falta es un buen directo de escena (aunque en el programa se alude a alguien encargado de la “dirección y dramaturgia”).

Tampoco entiendo una pantalla que da poco juego y que se oculte a los músicos tras un telón y la falta de luz casi permanente en toda la obra.

Por lo demás correcto. Con sus altibajos habituales. La altura y delgadez de ‘El Junco’ le hace parecer desgarbado, pero tiene unos pies envidiables y unos quiebros sugerentes, destacando en la seguiriya y la soleá, sobre todo. La farruca, interpretada con piano (Ale Romero), de tan novedosa se hace irreconocible como tal y sin enjundia.

El armazón musical es excelente, desde las dos guitarras (Keko Baldomero y Juan Carlos Berlanga) hasta el cante de ‘El Gallí’, aunque en otros foros lo hemos visto más acertado, y de David Palomar, como artista invitado.

Juan Carlos Guajardo, con su baile contemporáneo, adopta el papel de “Mortal” en esta obra maniquea. Salvo momentos con su toque de exclusividad y buen gusto, deja mucho que desear.

Quien obtiene notable alto en su intervención es la bailaora Susana Casas que, quitando algunas escenas forzadas simbolizando “La Creatividad”, tanto en sus pasos por levante, rematados con tango, y sobre todo sus alegrías, con cola y mantón, suponen por igual el peso que se espera y el aire fresco que se encuentra.

* Calixto Sánchez por Paco Sánchez ©.

 

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