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Noche gitana en Almería

Noche gitana en Almería

45 Festival Flamenco Ciudad de Almería

Si en la primera jornada del Festival de Almería, con Estrella Morente, tuvimos un flamenco más melódico y castellano, el segundo día primó la raíz y el aguardiente. Todos los actuantes eran gitanos y de la zona de Cádiz, menos Toñi Fernández, que fue la encargada de abrir la noche como artista local.

Toñi, bastante segura a pesar de cantar en su tierra frente a unos dos mil espectadores y compartiendo escenario con varios pesos pesados, se templó por soleá con su voz canastera y sugerente, a la que le siguieron unos generosos tangos, en los que precisó el compás de Jesús Fernández y Tito (que no se oyeron apenas), y en los que se acordó de Morente a los postres. Como guitarra tuvo al preciso Diego del Morao que, sin embargo, no se entendieron a la perfección.

Lo que le sienta mejor a esta cantaora son las formas más sentidas del flamenco, aunque siempre la hemos recordado por los temas festeros, donde puede tener una cierta semejanza con Aurora Vargas. Así, las arriesgadas seguiriyas cautivaron de puro dramatismo. Toñi terminó por bulerías, en las que tuvo que indicarle al Morao que bajara la cejilla después de haberle dado la salía, y que remató a boca de escenario, con una guitarra más acoplada y unos palmeros eficaces.

Pansequito, en segundo lugar, estuvo mejor tratado por la megafonía que la anterior. A la guitarra Parilla, que puede que sea el mejor representante actual del toque jerezano. Los dos tocaores apoteósicos por fiesta.

Comenzaron acordándose de su tierra por alegrías. Panseco está en plena forma, con unas facultades extraordinarias que no defraudaron a su público, aunque su repertorio es añejo y consabido. El mejor de la noche indiscutiblemente.

Continuó por soleá y después unos tarantos, para terminar por bulerías, asomándose sin vértigo al cuplé. Como regalo, unos fandangos valientes, fuera del micrófono, hicieron las delicias de sus incondicionales, que a esas alturas éramos todos.

El último en actuar fue José Mercé, arropado también por Diego del Morao, los dos jerezanos. Como el artista anterior manifestó su alegría de visitar esa plaza y los amigos que acumulaba en la tierra almeriense. A pesar de su dominio y del abrazo seguro de la guitarra, Mercé no estuvo a la altura. No sólo tenía la voz algo perjudicada, sino que no se esforzó. Con todo y con eso, sus seguidores son multitud y alabaron en alta voz hasta su melena desordenada. Las seguiriyas comenzaron por Manuel Molina y terminaron siendo su mejor entrega, a pesar de un imperceptible ahogo en el macho final.

Continuó por malagueñas, correctas pero sin enjundia, y remató por bulerías con un bailecito final, donde sacó sus letrillas del “flamenco 2000” y se acordó del gran Luis de la Pica. Como bis ofreció un poquito más por bulerías, repitiéndose en las letras.

* Toñi Fernández en un momento de la actuación (foto extraida de la edición digital del Diario de Almería©).

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