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volandovengo

Me estoy quitando de la poesía

La vida da muchas vueltas. Lo malo es que siempre las realiza sobre el mismo eje (quien tiene suerte, como la tierra, goza, además de la vulgar rotación, movimiento de traslación).Mi inclinación, para q uien me conoce desde antiguo, era el dibujo. Más tarde fue la poesía y después el cuento. El humor (o el amor), como ingrediente indispensable para no deshacerme por las costuras, lo salpicaba todo. Pero siempre he tenido prisa para terminar perdiendo todos los trenes. Y allí me veo, en el andén, con un puñado más de rezagados, que se ofrecen el hombro y piden en la oficina el libro de quejas (mal de muchos, ya se sabe). Mis escritos siempre han sido breves.

Allá por los 80, leí a Octavio (primero más Paz que Octavio, después tan sólo Octavio) y descubrí, gracias a él, la poesía japonesa, el arte de decir todo en una imagen, toda una filosofía en tres línes, diecisiete versos de intensidad, el yin y el yang frente al espejo. Descubrí entonces mi vocación orientalista, mi participación en el zen y en el tao. Adapté el universo a mis maneras y comencé una carrera de fondo donde el silencio, la quietud, la soledad, eran la bandera.

Ahora, como siempre, escribo escaso. De la pintura me he borrado y la poesía se me está quitando. Aunque, a veces, alguna idea, algún verso, me salta al cuello. Uno de mis poemas, el último, es granadino y marinero, enigmático y clarividente. Dice así:

Las velas recogidas

se tienden a la mar,

más allá San Antón.

Ahora todo el mundo se ha montado al carro del haiku, y parece como si hubieran descubierto la pólvora o se hayan aventurado por la ruta de la seda (que Kitaro dulcificó enormemente). En respuesta, escribo directamente estos versos:

Desconcertado,

el haiku es la moda;

Basho ha muerto.

2 comentarios

El Hueso -

Al menos, si los hay, los jóvenes, mientras escriben haikus no hacen botellón ;-)))

Kpicúa -

otro efecto de la globalización?