Estabas solo
Pongamos que estás harto
de continuar viviendo;
pongamos que la vida
no te ha tratado
todo lo bien que deseabas.
Pongamos que pretendes
acabar de una vez.
Te asomas al abismo
o te acercas al tren
o preparas la soga
o disuelves cicuta.
Pongamos que decides
no morir solo,
compartir esta suerte.
Pongamos entonces que estallas
en un supermercado;
pongamos que matas a veinte
con ideales, con familia.
Pongamos que revuelves
la tumba que te encierra
y que el descanso no es eterno
y que te piden cuentas
y que alegas que estabas solo.
* Del trabajo inédito (e inacabado): El que come en medio pasa la sal.
0 comentarios