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volandovengo

Huellas de amor eterno

Huellas de amor eterno

Ayer, como ya anuncié, estuve en la presentación del cuaderno de "Movilidad y ecología ciudadana". Un acto entrañable lleno de lecturas, música y cine, dando a entender que la ecología debe partir de la cultura. Me recuerda a Mao Zedong (ese exterminador tan visionario como orate) cuando entendía como mérito en la defensa nacional en que sus oficiales fueran músicos, bailarines, artistas circenses... pues decía: "Un ejército sin cultura es un ejército estúpido y un ejército estúpido no puede ganar guerras".

En este cuaderno, incluyo un cuentecito ecológico (of course) que, con el título de "Huellas de amor eterno" reproduzco a continuación:

 

Un joven abeto y una bella encina pasean por la Gran Vía en hora punta cogiditos muy juntos de las ramas. Huelga decir que están rematadamente enamorados.
Al tiempo, con un calor intermedio, se tumban bajo la tersa pierna de una chica de pelo alborotado.
El joven e impulsivo abeto, en un arrebato de salvaje amor, extrae de las oquedades de su corteza una navaja suiza, enviada directamente desde los Alpes por sus frondosos paisanos, y deja constancia de su inmutable amor en la pantorrilla anónima del insensible bosque humano.

2 comentarios

volandovengo -

Tomo nota y limpio mis medallas, viniendo el elogio de quien viene.

lauzier -

me encanta el cuento, sí señor.