Lombarda sin Mateo
Hace unos días el grupo de música tradicional "Lombarda", afincado en Granada, sacó al mercado, con el nombre de Colección, dos CD y un DVD con todo el material que la banda ha ido registrando a lo largo de más de 26 años y que ya se encontraba descatalogado y desaparecido.
Conozco al grupo desde los años 80, es decir, desde sus inicios. He ido siguiendo sus andanzas, escisiones y paros biológicos, que le dotaron un tiempo de existencia inermitente, hasta la fecha (sin ningún rigor, también es cierto).
La historia es que conozco a Manuel Mateo, uno de sus fundadores (aunque primero conocí la increible agrupación y sus instrumentos exóticos, como el dulcimer o los laúdes, y su música sin edad).
A raíz de Mateo (un tipo afinado, con gusto y todo terreno) he ido adquiriendo alguno de sus discos (el primero un elepé del año 87 con el nombre de Lombarda). En 2000 sacaron otro trabajo con el mismo nombre del grupo que fue una maravilla de rescate del folklore alpujarreño, lo que les caracteriza, no obstante, además de tener un buen sonido y abundancia de colaboraciones y cameos. Entre estos dos, La fuente de los cantos (1990) me pasó algo desapercibido. De 2003, no sólo tengo el disco, sino que cuento con una maqueta previa con algunas propuestas que, al final, no fueron definitivas. Para este cedé , llamado dalequetedale (en el que colaboró Enrique Morente), con sumo gusto escribí el interior de la carátula con el texto que aquí reproduzco:
LOMBARDA CON AMIGOS
Un viajero sin edad ni condición, se detiene en una venta del sur de España para, una vez reposado, proseguir sus andanzas (una de las condiciones indispensables del caminante es su necesidad de continuar). Tras haberse repuesto de la fatiga que se le acumula en los ojos y de haber llenado un estómago que se vacía a cada paso, pregunta qué suerte de alquimia ha necesitado comida tan modesta y, por otra parte, tan sabrosa.
El posadero, halagado en extremo, alcanza a relatar los ingredientes y la justa cocción de la Lombarda con Amigos para doce raciones:
Ingredientes:
El corazón de una LOMBARDA más bien grande; un pellizco de ENRIQUE MORENTE; una cucharada sopera de MANUEL LUNA; un toque de ELISEO PARRA (picadito muy pequeño); una pizca de CARLOS BECEIRO; un chorreón de PACO VEGARA; sal andaluza y pimienta sabia.
Preparación:
Una vez prendido el fuego con leña de olivo y tomillo que aromatice, se prepara el trébede y se rehoga la Lombarda cortada finamente en cazuela de barro. Mientras tanto, en el almirez, se van majando los demás ingredientes vertidos con amor, a los que se ha añadido taza y media de sonido de Banda. Se añade a la Lombarda y se cuece a fuego lento hasta que se traben todos los sonidos. Salpimentar al gusto con una sección de metales. Antes de retirar de la lumbre, se pueden añadir cuantos amigos músicos se acerquen por el fogón. Se deja reducir el caldo hasta lograr doce raciones más una por si llega algún invitado de última hora. Servir caliente, acompañado de una jarra de vino de la tierra y un pan necesariamente casero.
En 2005 apareció un nuievotrabajo monográfico intitulado "Mariana de Pineda. Musica y Libertad" y ahora, en 2006, ve la luz esta Colección recopilatoria rememorando los mejores momentos de Lombarda. En ellos, como es lógico, destacala aparición de Mateo, alma y voz del grupo durante veintitrés años seguidos y ahora separado de sus colegas.
Las razones no importan. Lo verdaderamente trascendente es que no se le haya informado de este proyecto hasta su consumación. Y es que la Lombarda sin Mateo está falta de sabor.
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