Una pupa
Insisto, Granada es una herida abierta. Hoy, martes 21 de noviembre, tenemos más ciudad en obras que ciudad construida. Dan ganas de hacer las maletas y no volver aquí hasta 2010. Pero, me temo, que seguirán abriendo zanjas y lo peor es que antes de que cicatricen estos labios de cemento y polvo, volverán a zaherir el casco granadino por las mismas costuras, quizá porque en su día se olvidarón de meter no sé qué cable.
El universo está en expansión, como las obras de Granada. El universo es infinito, como las obras de Granada. El universo es un enigma, como las obras de Granada.
Es incomprensible cómo los turistas acuden en manadas. Es alarmante que se venda Granada como una ciudad de ensueño. Son inútiles las mejoras cuando la vida corre más que las infraestructuras y, cuando se inaugura la obra terminada, ya está obsoleta y, cuando una carretera, por ejemplo, se adapta para soportar mil coches a la hora, en el momento de estar terminada, recibe tres mil.
¿Estará la solución en dar un gran paso hacia atrás y abandonar el cemento y enterrar los coches y desbovedar el río y ralentizar los relojes y escribir a mano y conversar en las plazas y amarnos en los atardeceres?
Si no empezamos a soñar estamos condenados a soportar una pupa incurable que crece sin cesar.
4 comentarios
volandovengo -
Hueso -
volandovengo -
lauzier -