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volandovengo

Ayer tomé un vino

Ayer tomé un vino

Adán, nuestro padre primigenio, espermático, cuya supuesta tumba está en Hebrón, por si le interesa a alguien además del que suscribe, ya conocía el vino. Pero se encontraba sobrio, completamente sereno, cuando tuvo la delicadeza de rechazar esa oferta sin precedentes, de paraíso terrenal más vida eterna, que un dios de estreno en su oficio (llevaba tan sólo unos días trabajando) le ofreció libremente, a pesar de conocer la respuesta.

Se vieron desnudos por primera vez. Sintieron vergüenza de su cuerpo. Nació el erotismo, la atracción, la belleza del cuerpo (hasta ahora sólo era bella una puesta de sol, una mariposa, un manzano, que terminó por complicarles la vida). Y, con su negativa, Adán y Eva firmaron su sentencia de muerte, pero también sembraron el amor a la vida (sólo se ama lo que se puede perder o lo que se ha perdido) y esparcieron una esperanza.

Eva y Adán dijeron "no, gracias", renunciando al azúcar de la fácil salvación, pero abrazando la sal del pecado, de las desviaciones, de los vicios... No a la rosa sin más. Sí a la rosa con espinas. Por un momento simpatizaron con la tentación en forma de sierpe. En un instante, darían casi sin saberlo, cuartel a los cientos de miles de personas que viven de la industria del vestir.

Y, como me estoy desviando de lo que quería contar, retomo el hilo espirituoso y lanzo una pequeña denuncia.

Soy vinícola. Buen bebedor de vino. De ninguna manera un experto. Suelo beber vino con todas las comidas. Una bebida sana, buena para el corazón y no sé qué más cosas, sin abusar, se entiende (todo abuso es malo). Se me antoja que es nuestra bebida, el licor del sur, el caldo mediterráneo, más refinado, más elegante; frente al sabor bárbaro de la cerveza, propia de pueblos del norte, con pieles y con cuernos, que, además, te suelta la vejiga.

Mi amiga Búha, que sí que sabe de vinos, dice que un vino es bueno cuando te tomas una copa y después otra y después otra y después la botella y no pasa nada, no te pega el castañazo, el subidón. Quizá maree, pero al día siguiente la resaca es sólo el buen recuerdo.

Para beber hay que comer. La cultura de la tapa es imprescindible para ingerir estas maceraciones. Incluso, hay determinados caldos que se saborean mejor con algún picoteo, llámese queso, ahumados o frutos secos.

Lo malo (o lo bueno) del vino es que te acostumbras (a veces, hasta crea dependencia). Digo, te acostumbras a su sabor, su olor, su color, su textura, su densidad... Y ya no tomas otra cosa normalmente. Y esperas calidad o al menos decencia.

Aunque no en todos los lados se pueden tomar este néctar. Puede estar pasado, picado, astringente, caliente, frío, manoláctico...

Ayer, mientras esperaba a mi dueña con el niño dormido en su carrito, me senté en una terracita y me pedí un vino. Al primer sorbo advertí el doble dolor de estómago que sacaría de ese momento relajado. A saber, el vino no estaba muy en condiciones y me cobrarían para pagar la botella, casi.

* ILUSTRACIÓN: El vino a las 3 (© Germán Caporale)

6 comentarios

volandovengo -

Cuando entras en la filosofía y el proceso del vino, ya no puedes salir. Pasa lo mismo con el flamenco.

lauzier -

Jejeje. Sin ser un gran bebedor de vino (tomo una cañita muchas veces), sé apreciarlo. Trabajo junto a un ingeniero que hace su vino, que tiene su pequeña bodega y estoy aprendiendo un proceso mágico que comienza en la viña. Mis tiros van más por los de tu amiga Búha: si puedes beber una, otra, más, copas de vino, es que ese vino es bueno, no lo han machacado a base de productos químicos, han respetado algo lo que realmente es. Un abrazo, primo

joven llanos -

Es una canción de heroes del silencio del disco El Espíritu del Vino

volandovengo -

Con patines, alegrémonos de que hay sitios, cada vez más, donde es fiable tomar vino. Me ofrezco a enseñarte algunos, si es que no los conoces. Si no quedan nuestras casas y nuestras modestas bodegas.
Joven llanos, perdona mi despiste, pero no identifico el poema (más bien la canción) que viene a ilustrar mi texto. Firma estas aportaciones y si son tuyas, perdona doblemente.

joven llanos -

El Camino del Exceso (El Espíritu del Vino)

Un huracán de palabras en la ronda a tabernas,
orfeón cotidiano, entóname tu plan.
salpica la sangre, de espuela enloquece.
si no hay paraíso, ¿dónde revientas?

es cierto:
camino de exceso, fuente de saber.
un plato de desprecio ahoga el veneno.
mientras dure el dinero y dure el empeño
ladrillo a ladrillo quedan años después.

si estás dispuesto a afrontar la escena
no es de william blake
¿estás dispuesto a devorar
estrellas que sacien tu sed?

escucha:
apenas afino melodías de perdedor.
los cielos han gastado mi último suspiro.
quedaron atrás todos los enemigos
y aún me queda la duda de un futuro mejor.

si estás dispuesto a afrontar la escena,
no es de william blake.
¿estás dispuesto a devorar
estrellas que sacien tu sed?

el camino del exceso ...
el camino del exceso ...
el camino del exceso ...
¡di!: el camino del exceso ...

quemamos con malas artes
el espíritu del vino
y no va a regresar, no,
no va a regresar.


Saludos Volandovengo

Con Patines -

por alusiones, ya que si habla de vino... se me esta llamando, pues eso lo que cuentas me entristece, que nuestra hostelería de Granada, que con una copa paga una botella... tirando por tierra un producto que durante siglos nos ha unido, dado conversación... en si mismo es una parte de nuestra cultura, yo como tu he torturado mi estomago en numerosos bares en nuestra provincia y ya salvo muy horrosas excepciones, cada vez mas por suerte, prefiero tomar agua o incluso la bárbara cerveza, que el deporte de riesgo de pedir un vino. Gracias por apoyar el buen vino