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Avistamiento de sirenas

Avistamiento de sirenas

Plinio el Viejo cuenta, con toda seguridad, que en tiempos de Augusto se encontraron en una playa de las Galias los cadáveres de varias sirenas allí arrojadas por un temporal.

Jorge Luis Borges, en El Libro de los Seres Imaginarios, cuenta que "En el siglo VI, una sirena fue capturada y bautizada en el Norte de Gales, y figuró como una santa en ciertos almanaques antiguos bajo el nombre de Murgen. Otra, en 1403, pasó por una brecha en un dique. y habitó en Haarlem hasta el día de su muerte. Nadie la comprendía, pero le enseñaron a hilar y veneraba como por instinto la cruz. Un cronista del siglo XVI razonó que no era pescado porque sabia hilar, y que no era una mujer porque podía vivir en el agua".

En el Diario de Cristóbal Colón (9 de enero de 1493), puede leerse: "El día pasado, cuando el almirante iva al Río del oro, dixo que vido tres sirenas que salieron bien alto de la mar, pero no eran tan hermosas como las pintan, que en alguna manera tenían forma de hombre en la cara; dix que otra vezes vido algunas en Guinea en la Costa Mengueta".

Carlos Fuentes, en su libro En esto creo, relata que por esa misma época "Gil González, explorador del istmo panameño, se topa allí, en una anchura de mar oscuro, con peces que cantaban con armonía, como cuentan de las sirenas, y que adormecen del mismo modo. Y Diego de Rosales ve una bestia que, descollándose sobre el agua, mostraba por la parte anterior cabeza, rostro y pechos de mujer, bien agestada, con cabellos y crines largas, rubias y sueltas. Traía en los brazos a un niño: Y al tiempo de zambullir notaron que tenía cola y espaldas de pescado...".

El jesuita P. Henriques (1569) afirma haber visto en el Índico, a unas doscientas leguas de Goa, varios tritones y sirenas, mientras que el gran anatomista Paré confirmaba que podían hallarse en gran cantidad en las costas de la India y de Brasil. Un navegante portugués, por las mismas fechas, afirmaba haber visto en las Molucas una sirena de gran tamaño, cuyos dientes poseían propiedades curativas contra una enfermedad tan terrible, a la sazón, como la disentería.

El capitán Henry Hudson, famoso explorador y descubridor inglés, relata también en su diario, el encuentro con una sirena el 13 de junio de 1608: "... la mitad superior del cuerpo, era el de una mujer, incluyendo los senos... Era alta de estatura, de piel muy blanca, y con largos cabellos que le cubrían la espalda... Al zambullirse, los hombres observaron que tenía una, cola como la de un delfín".

Cela, en Madera de boj, afirma que "en la Sisarga Grande todavía se ven sirenas enloqueciendo con sus cantos a los marineros"; que "entre las dos últimas laxes (roca de grandes dimensiones con superficie plana) del norte se suelen bañar las sirenas cuando hace buen tiempo, Vicent dice haberlas visto en más de una ocasión, las sirenas se dejan mirar por los chepas incluso con naturalidad, se conoce que les inspiran confianza"; y que "en la playa de Cala Figuera apareció una vez el cuerpo incorrupto de una sirena jovencita y bellísima que dicen que se llamaba Mafalda, tenía los ojos y los labios pintados y sonreía con un encanto especial, el patrón Camilo de Androve la puso sobre el chinero de su comedor y allí la tuvo hasta que empezó a apolillarse, el patrón quemó el cadáver en la lareira (fogón en la cocina) porque no sabía si enterrarlo o devolverlo a la mar, en el aire y convertida en humo la sirena quedaba más cerca de Nuestro Señor el Apóstol Santiago".

Por último, en 1961, la Oficina de Turismo de una pequeña localidad costera de Gran Bretaña, ofreció un premio a quien consiguiera traerse del mar una sirena.

* "Sirena" (© Montserrat Faura).

6 comentarios

volandovengo -

Muchas gracias, Identidade, por acordarte de mí sobre todo y mis intereses sirénidos. El poema es precioso. Benedetti es un autor de culto.

Identidade -

Encontré ese poema de Mario Benedetti en mis incusiones por la poesia hispanica:

SIRENA

Tengo la convicción de que no existes
y sin embargo te oigo cada noche

te invento a veces con mi vanidad
o mi desolación o mi modorra

del infinito mar viene tu asombro
lo escucho como un salmo y pese a todo

tan convencido estoy de que no existes
que te aguardo en mi sueño para luego.

volandovengo -

¿De quién son esos ripios?

joven llanos -

NUNCA HE ENTENDIDO A LAS SIRENAS
Hoy la arena está mojada y el calor
Largas colas, no escuchásteis hoy mi voz


Es bonito ver el mar
Son reflejos que atrapar
Poco a poco avanzo más y más


No he podido verlas junto a mí
Si me muevo no vienen a mí


Es bonito ver el mar
Son reflejos que atrapar
Poco a poco avanzo más y más


Nunca he entendido a las sirenas
Nunca he entendido a las sirenas

Saludos volandovengo

volandovengo -

Algunas personas tienen más de sirenas de lo que creen.

Con patines -

Quien fuera sirena para escurrirse entre los dedos del agua y desaparecer a voluntad. Bonita historia.

Besos