El dinosaurio de mi niño
No es que mi niño sea un dinosaurio (aunque tenga cosas pleistocénicas), es que tiene un dinosaurio. Bueno, tiene varios. Pero hay uno especialmente feo y aparatoso, made in China, que ruge y cierra la boca cuando le accionas una palanca. Es el que prefiere, quizá por su envergadura (nada que ver con una verga dura) (perdón), quizá por sus colores chillones, estridentes, irreales.
Cuando jugamos, me encasqueta a mí cualquier otro saurio y él me come, siempre me come (me apalea, me empuja, me voltea por el suelo, me lanza objetos...) (más que su compañero de juego, soy su juguete).
Ayer me vino con el tiranosaurio, lo puso de puntillas (sobre unas largas uñas negras y afiladas que tiene en sus patas posteriores) y me interrogó diciendo si sabía por qué el dinosaurio iba así. Vi tan absurdo que un monstruo prehistórico caminara de esa guisa, que no tuve más que reírme y decir que no tenía ni idea.
Me aclaró entonces, con su lógica aplastante de cuatro años, que andaba así para coger pajarillos.
Pero su creación iba a más. De pronto puso el lagarto sobre una pata y volvió a preguntarme si sabía cuándo el dinosaurio se ponía así. Ante mi nuevo encogimiento de hombros, Juan, pensando seguramente que no me enteraba de nada (que su madre tenía razón), razonó que: "así se pone cuando quiere hacer equilibrio".
* FOTO: Juan, disfrazado de león en tiempos de carnestolendas.
8 comentarios
volandovengo -
El buzo incorregible -
volandovengo -
Dinosaurio equilibrista, supongo que trabajas en una escuela infantil. Es tremendo.
siroco -
¿Para ellos somos dinosaurios equilibristas?
quien sabe...
Con patines -
Una noche de peña flamenca, este es mi sueño de ahora.
Besos
volandovengo -
Es verdad, Siroco, los niños tienen una fantasía y una frescura envidiable. Cuántas cosas perdemos con la edad.
siroco -
Me encanta aprender de los pequeños.
Identidade -