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volandovengo

Proporción de la pena

Proporción de la pena

Algunos presos que están en la cárcel son inocentes. Mucha gente que pasea por la calle es culpable, sinvergüenzas, delincuentes. No desvelo nada. El ladrón de guante blanco queda impune, en muchas ocasiones. El ladrón a mano desnuda siempre paga.

¿La condena está proporcionada con la culpa? Se supone que sí, se espera que sí. Salvo excepciones, quien la hace la paga en proporción.

Pero, lamentablemente no es así. A mis oídos llegan las noticias de presos que delinquieron en su juventud, por su mala cabeza, por sus malas compañías, y siguen pagando una pena de varios años, que se agravan tontamente. Y el preso ya es maduro y se ha rehabilitado y se ha casado y tiene un hijo y debe seguir pagando...

Un estafador, con dinero y padrinos, ve la cárcel sólo para la foto y poco más. Hay excepciones, como digo, y desconozco el mundo presidiario.

Una de las funciones de la justicia a lo largo de los siglos ha sido buscar esa proporción delito-pena. Al principio de los tiempos era tremendo (a veces, es tremendo en nuestros días). Si robas te cortan la mano, si miras mal te sacan los ojos.

Después llegó Hammurabi con su código: la Ley del Talión, el ojo por ojo y diente por diente. Hoy día una salvajada. En su momento, una exquisitez. Si me empujan, yo empujo, y no le parto las piernas.

Todo esto viene a cuento de que, alternado con Capote, entre otros, estoy leyendo a Voltaire, ese genio de la Ilustración en Francia. En un cuento largo llamado "El hombre de los cuarenta escudos", de alto contenido social, habla de esto mismo: de la proporción de la pena.

Voltaire pone multitud de ejemplos dando por conclusión que en su época (principios del XVIII) los castigos no se acomodaban al delito cometido. Deplora y condena, en su condición de librepensador, estas prácticas. Con multitud de ejemplos nos va demostrando las excelencias de una sentencia justa.

Cuenta este pensador de un prior que ahorca a dos de sus jornaleros por robar un puñado de trigo; o de molinero, que resultó ser inocente, al que le impusieron el tormento "ordinario y extraordinario". La tortura ordinaria de la rueda trataba de ser roto en vivo por un sistema de poleas que tiraban de los cuatro miembros; el tormento extraordinario consistía en ingerir gran cantidad de agua a través de un embudo.

Imaginaros al inocente molinero, Jean Calas (ha trascendido hasta su nombre). Y a su mujer, que lo contemplaba y a sus hijas y a sus amigos...

Voltaire relata "la espantosa aventura de una virtuosa madre encarcelada (que también fue presa), unas hijas desconsoladas y fugitivas, su casa entregada al pillaje, un respetable padre de familia quebrantado por la tortura, agonizando en la rueda y expirando e medio de las llamas" (porque después quemaron sus despojos).

Es preferible que cien culpables salgan impunes a que un solo inocente pague.

Luigi Pirandello decía: "Si el errar es propio de humanos, ¿no es la justicia una crueldad".

9 comentarios

volandovengo -

Me alegra que te guste y que te sirva este texto, María. Entra dentro de los problemas que la humanidad no ha superado. En el mundo hay cientos de "Guantánamos".

maria -

es buen y me alludo

volandovengo -

joven llanos, me alegro de que ilustres mis textos con nuevas aportaciones.
Identidade, la justicia a veces forma parte de ese caos al que te refieres.

Identidade -

Pero Platón se ocupó del idealidade. Toda la questión, parece, está en como lidiar con la justicia en medio al caos.

joven llanos -

Platón sostenía que la justicia es la parte esencial del bienestar. El hombre injusto manifiesta una discordia entre los elementos que componen su alma que lo hace impotente para obrar y sus acciones hacia los demás son fuente de disensiones, odios y luchas; la disposición injusta de algunos hombres impide que actúen en común con otros hombres, por lo que el hombre al que mueve un alma injusta es incapaz de ser feliz.
Para Aristóteles la justicia es la virtud más alta, la virtud perfecta. Una virtud es el punto medio entre dos vicios extremos; la justicia es la virtud de una persona cuando la consideramos en relación a otras personas
Saludos volandovengo

volandovengo -

Sí que es un tema complicado que deberíamos todos atender, pues, con el castigo, justo, con la "venganza" proporcional, se evitarían vendettas milenarias.

lauzier -

Qué tema tan complicado y cómo es posible que lo hagas tan sencillo, primo; me gusta cuando nos ilustras con devenires históricos de algo; es un placer. Un abrazo fuerte.

volandovengo -

No sólo el arte, sino toda sensibilidad, debería estar por encima de la pena capital. No somos nadie para acabar con una vida, aunque sea un malechor, aunque sea un asesino. Es como ponernos a su altura.

Identidade -

Amigo, pergunto: ¿qué puede el arte contra la pena de muerte? Sin embargo, puede todo contra la justicia de los hombres. Un paradojo...