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El autor y su obra

El autor y su obra

La intuición la tuve hace tiempo. ¿Cuál es el momento sublime en que un artista confiere a su obra, ya sea el lienzo, la piedra, el escenario o el papel y la pluma, el marchamo de obra de arte? ¿No es el arte en sí un solo cosmos y el artista su brazo ejecutor? ¿Existe una obra de arte genérica y todas las demás son interpretaciones o participaciones de ese todo, entroncando directamente con las enseñanzas platónicas?

Cuando se comete una supuesta injusticia sobre alguien y, actualmente, el grito manifiesto de los que hacen causa moral, es clamar que todos somos ese alguien que ha sufrido tal abominable atentado. Es una idea. Es un deseo empático con el sufrimiento de la víctima. Un Fuenteovejuna contra la opresión.

No sé quien escribió, quizá Bioy Casares, que cuando un hombre copula son todos los hombres que están copulando. Al igual que cuando dos hombres rezan, Dios está en medio de ellos. O, cuando uno muere, todo ha muerto.

Whitman escribió tan sólo una obra en su vida, Hojas de hierba. Un poemario que alimentaba sin césar. El Canto a mí mismo que compuso un día y no le abandonó hasta la noche. Más cercano es el poeta Juan de Loxa, cuando emprende el libreto de coplas flamencas …Y lo que quea por cantar, en el que manifiesta (en su prólogo de 1981): “a medida que vayan saliendo otras coplas, se irán añadiendo a sucesivas ediciones, si las hubiere, siempre bajo el mismo título”.

Más de un escritor ha reconocido que en el Quijote está todo, que, después de la obra de Cervantes, no se ha escrito nada nuevo. Yo diría incluso, remedando a algunos pensadores contemporáneos, que todo lo que se ha escrito tras el Quijote es continuación de este, o está de alguna manera endeudado con el Libro de los libros.

Borges nos recuerda en Otras Inquisiciones (1952) que Paul Valéry, hacia 1938, escribió: “La historia de la literatura no debería ser la historia de los autores y de los accidentes de su carrera o de la carrera de sus obras sino la Historia del Espíritu como productor o consumidor de literatura. Esta historia podría llevarse a término sin mencionar un solo escritor”. Emerson, continua el argentino, en 1844, en el pueblo de Concord, anotó: “Diríase que una sola persona ha redactado cuantos libros hay en el mundo; tal unidad central hay en ellos que es innegable que son obra de un solo caballero omnisciente”. “Veinte años antes, Shelley dictaminó que todos los poemas del pasado, del presente y del porvenir, son episodios o fragmentos de un solo poema infinito, erigido por todos los poetas del orbe” (A Defense of Poetry, 1821).

* Portada de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha de 1605.

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