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Dos granadinos en el último montaje de Blanca Li

Dos granadinos en el último montaje de Blanca Li

Estos días, en el Teatro Rialto de Madrid, en plena Gran Vía, se ajustan los últimos detalles de la nueva obra de Blanca Li, para su gran estreno, que será el próximo jueves, 16 de octubre, relevando al exitoso musical Hoy no me puedo levantar, con las canciones de Mecano.

Enamorados anónimos. El musical de la copla es, como su nombre indica, un homenaje a la copla y al amor, por partes iguales. ¿El amor tiene cura? ¿Para el desamor hay recetas? Como el que confiesa que es alcohólico, dando así el primer paso para su rehabilitación, en esta obra los personajes acuden a la consulta para poco menos que taparse los ojos y decir: "Me llamo tal y estoy enamorado".

La bailarina y coreógrafa granadina Blanca Li (responsable del Poeta en Nueva York del que se ha podido disfrutar durante los dos últimos veranos en el Generalife), junto a Javier Limón (productor de Lágrimas negras de Bebo y Cigala, arreglista de Concha Buika y ganador de 5 Grammys), miran con un prisma contemporáneo la copla española, creando un musical de lujo bajo una nueva visión escénica llena de sorpresas. Javier Limón también produce a Paco de Lucía, quien ha musicado para la introducción del espectáculo el Romance de valentía, uno de los grandes temas del repertorio popular español, cantado por Concha Piquer.

Según declaraciones de la directora, Enamorados anónimos es un intento de modernizar la copla y presentarla a otro tipo de público. "Muchos jóvenes de hoy", explica Li, "no saben qué es este género, y este musical puede ser un punto de encuentro entre los que la conocen y los que no para redescubrirla y para descubrirla, con un traje nuevo".

Enamorados anónimos es una obra coral en la que participan 17 intérpretes, cantaores en su mayoría, pues sabiamente se ha apostado por quienes puedan defender la canción con holgura y trabajar la dramaturgia y no al revés, arriesgándose a que la baza principal del espectáculo haga agua. "Opté por buscar cantantes que defiendan muy bien el momento musical y vamos a trabajar en la parte de actuar", aclara la coreógrafa. A estos artistas los acompañarán 10 músicos y 12 bailarines de la compañía de Blanca.

La obra, producida por Ángel Suárez y José María Cámara, cuenta con los guionistas David Serrano (Al otro lado de la cama, Días de fútbol, Hoy no me puedo levantar), Daniel Sánchez Arévalo (Azuloscurocasinegro), Fernando Castets (El hijo de la novia) y Olga Iglesias Durán (autora del relato Procuro olvidarte, en el que se inspiró la idea de la obra). Junto a este equipo, Blanca Li ha logrado encajar unas dieciocho o veinte coplas tradicionales de Quintero, León, Quiroga o Solano, pero también de los actuales Joaquín Sabina, Carlos Cano o Serrat (incluyendo nuevas composiciones de Javier Limón), en un argumento tremendamente actual, en el que los personajes, afectados de amor, acuden a una clínica de rehabilitación de enamorados. Así, Eva, Alberto, Luz, Sofía, Carla o Daniel visitan el consultorio compartiendo, a través de la canción, sus historias y sus dolores.

La artista granadina también ha contado con su habitual equipo. Paco Delgado, que ha trabajado con Pedro Almodóvar, Álex de la Iglesia, Miguel Martí o Manuel Gómez Pereira, ha sido el encargado de confeccionar el vestuario y el escenario, que es una gran caja blanca llena de luz. "Es sobrio, moderno y sencillo", explica la directora. Jacques Chatelet (Premio Moliére 2001 al mejor espectáculo musical) colabora en la iluminación, Charles Carcopino aporta el vídeo y Laura Gutiérrez en el casting ha sido minuciosa.

La mayor parte del elenco que participa en el montaje de Enamorados anónimos es de origen andaluz. Dos de los cantantes principales son granadinos. Bastantes candidatos (unos diez de Granada) y una audición bastante larga, desde febrero hasta julio, dan paso al comienzo de los ensayos. El reparto estaba decidido. Susana Guerrero y Alberto Funes, artistas de la tierra, figuran entre ellos.

Susana Guerrero tiene bastante experiencia en televisión, radio y escenario. Desde muy niña se dedica a la copla, que es lo que le gusta. También recibe clases de baile y sabe mover la bata de cola con gracia. Ha ganado varios premios y tiene un incipiente currículum discográfico como solista o en compilación. Para ella es una gran oportunidad estar trabajando en una obra de estas características y con personas tan interesantes. Ahora piensa en el engorro de los castings, uno en Sevilla y tres en Madrid. El rasero de Javier Limón tiene los agujeros muy estrechos. La última palabra, sin embargo, fue de Blanca, que tiene una visión más espacial y, aparte de la calidad musical, se fija en la calidez de la persona, en la soltura, en la presencia, en la dimensión artística.

En Enamorados anónimos, ella hace el papel de María. Según Susana Guerrero, es una mujer muy granadina, "la más ’granaína’ de la obra", aclara. "Han querido conservar mi acento andaluz", prosigue, "y soy una ’maruja’ de las que se pueden encontrar cualquier día en el autobús en Graná". María acude, junto a su marido, a la clínica para desenamorarse, pues se odian pero no pueden pasar el uno sin el otro.

A Alberto Funes le viene de familia la afición a la música. Su padre toca el acordeón como aficionado y su hermano también es músico. A los ocho años, este joven cantaor entró en el Conservatorio; a los nueve eligió el violín; y a los dieciséis se enganchó al flamenco. Actualmente es un cantaor que sabe de música y toca el violín. Después de algunos cursos con artistas de renombre (El Pele, Calixto Sánchez, Marina Heredia), algunos premios y el disfrute de una beca en la fundación Cristina Heeren de Sevilla, su entrega fue profesional, con bastantes experiencias en nuestro país y en el extranjero y colaboraciones en trabajos discográficos. Para Funes también es un privilegio trabajar con ese equipo directivo. "Todo un honor y una gran responsabilidad", resume. Cuando salió elegido para formar parte del elenco de actores, se dio cuenta que todos eran mujeres. "Al parecer lo han tenido más difícil con nosotros", explica. Después entrarían más hombres. Aunque realizó varias pruebas, como Susana Guerrero, en la primera audición en el Carmen de las Cuevas de Granada, aprovechando que Blanca Li se encontraba con su espectáculo en el Generalife, ya fue seleccionado. Acudió casi a ciegas. No sabía que tenía que cantar copla y mucho menos actuar. "Me quise morir cuando me hablaron de interpretar", confiesa entre risas.

Para desplazarse a Madrid, Alberto Funes ha tenido que dejar aparcados los estudios de Educación Musical, que realizaba en Granada, los de cante flamenco en el Conservatorio de Sevilla y su faceta como cantaor de flamenco. En la obra hace el papel de Daniel, "un joven un tanto... especial", dice sin querer especificar nada. Misterio que no desea destripar. Tan sólo dice que acude a la clínica atraído por un amor platónico.

Poco a poco, los dos artistas se van adaptando a sus nuevos retos, a las exigencias del teatro, para lo cual cuentan con profesores de canto y de interpretación, y a la vida en la capital. Para Alberto Funes, Madrid le ha abierto una puerta impensable. "En un momento u otro de esta carrera hay que pasar por Madrid, como hicieron en su día todos los grandes. Como lo han hecho Enrique Morente o la familia Habichuela", comenta casi con pena de tener que alejarse de Granada. Susana Guerrero lo tiene muy claro: el trabajo está en Madrid, aunque le gustaría que estas mismas oportunidades se dieran en su ciudad. Si viera la posibilidad de quedarse, firmaría por la metrópoli.

A estas alturas, sin embargo, tanto una como otro no tienen otra cosa en qué pensar que no sea Enamorados anónimos. Ensayan ocho horas al día, incluido domingos. El cansancio es superlativo. Pero también la satisfacción de estar trabajando con una gran compañía, con el ambiente que se ha creado entre todo el elenco y la diversión continua, según aseguran. La cantaora, acostumbrada a la soledad de sus actuaciones, disfruta del trabajo en equipo. Alberto Funes admira sin condición a los que le rodean. De Blanca opina que es "una mente inagotable de ideas, es extremadamente trabajadora y meticulosa". "Intenta sacar lo mejor de cada uno", apunta Guerrero, que piensa que el personaje se adapta un poco a ella.

Enamorados anónimos tiene la intención de convertirse en un referente dentro del mundo del espectáculo. Paralelamente se grabará el disco de la obra, donde se hará un recorrido por las canciones que ocupan el musical. Y, después de su etapa madrileña, empezará una gira para llevar la obra a otras provincias. Es muy probable que Granada esté entre ellas.

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