La gente que me mira
La gente que me mira y yo en silencio
por la calle camino desosiego
de mi alma, desalmado, desatento,
pues la taso a buen ojo de cubero.
Yo me siento en un valle de amargura
y la piedra que aprieta se desangra,
pasto en llamas, dolor, no tiene cura,
perdidos corazones en la manga.
Un camino a lo lejos bien distante
que recorro con venda entre mis sienes,
porque el fuego, mi amor, está vacante,
se me agota la fuerza de mis bienes.
Una vida tranquila me es bastante,
el campo florecido que tú tienes.
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