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Al compás de la poesía III

Al compás de la poesía III

FEX. Extensión del Festival Internacional de Música y Danza de Granada

Tercer y último día del encuentro entre flamencos y poetas. El viernes, 8 de julio, en el maravilloso escenario de la Placeta de la Ninfa (primera vez en la historia que se usa tal localización para cualquier tipo de evento), auspiciados por el FEX, la Asociación del Diente de Oro termina de quemar sus cartuchos en ésta, que representa su última actividad del curso.

El día fue diferente a los anteriores. El tablao, más pequeño, no brindaba la oportunidad de ofrecer baile. El formato era más recortado. Por otra parte, el recinto abierto, como el primer día, hacía el acto más popular si cabe.

El lujo de esa noche estribaba en que cada participante llevaba un músico distinto. Así, Sara ‘La Samarona’, que abrió el rectal, estaba acompañada con la guitarra veterana de Miguel Ángel Corral. Destacó de su actuación unas seguiriyas, arriesgadas y valientes, con texto de Juan de Loxa.

Álvaro ‘El Martinete’, en segundo lugar, bordó a solas la rondeña de Ramón Montoya, antes de juntarse con el poeta Alfonso Salazar que leyó las Bulerías a Catwoman de Ramón Repiso y Puente Verde de los franceses, de su propia autoría, con fondo de bulerías y malagueñas respectivamente.

Casi llegando al ecuador de la velada, Mati Gómez, nos sorprendió con De la luna de abril de Ángeles Mora, en forma de trilla y toná (a capela, como debe ser) y después con un dulce y brillante garrotín, con la guitarra sabia de Rafa Soler y textos de un servidor.

Aquí tengo que aclarar la abundancia de cantaores que musicaron mis textos y a otros autores ni los nombraron. Repartimos todos los poemas a todos los flamencos, con idea de que fuera variado y rico. Pero a algunos músicos se les hicieron arduas algunas letras, por lo desacostumbrado en su repertorio, sobre todo. Hubo quien directamente cantó lo que le vino bien (Lorca, Machado, Benítez Carrasco…), otros se excusaron, a los cuales les pasé algunos versos míos, tan cuadrados, medidos y rimados, como mi conocimiento alcanza, pues aporté letras flamencas y no poemas genéricos.

La guitarra de Pepe Agudo almohadó los versos de un entusiasta José Carlos Rosales. Y Fernando Barros se hizo acompañar por el piano, casi espontáneo, de Antonio Castilla.

Cerró la velada Sergio Cuesta con sus propios textos, mientras Josele de la Rosa lo arropaba. Hicieron soleá y malagueñas rematadas con fandangos albaicineros. Una gran entrega, con conocimiento y buena dosis. Un buen fin de fiestas para una actividad deliciosa para el público en general, para los artistas (flamencos y poetas) en particular y para mí como responsable. A todos, gracias.

* Sara ’La Samarona’, colaboradora en el proyecto (foto extraída de su myspace©).

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