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volandovengo

Mi unicornio azul ayer se me perdió

Mi unicornio azul ayer se me perdió

La pesadilla comenzó el miércoles por la tarde. Ayer, jueves, era un sinvivir. Esta noche ha sido imsomne y larga, y el despertar arriesgado. A media mañana, sin embargo, recibí una llamada de esperanza.

El ordenador (mi archivo, mi memoria, mi confidente) llevaba un tiempo relentizándose, dando problemas de conexión, etc. Por eso fatigaba programas antivirus, limpiadores y desfragmentadores para intentar, si no solucionar el problema, evitar que fuese a mayores.

En la última limpieza, sin embargo, la pantalla, como un gran monóculo, cerró su ojo y el disco duro decidió echarse a dormir. Ante mi insistencia por recuperar su latido, me respondía la indiferencia. Sus constantes vitales estaban bajo mínimos.

Llamé entonces a una empresa de rescatadores, a ver si el boca a boca profesional era más eficaz que el aliento amistoso. Se llevaron el cuerpo al taller con los pies por delante temiendo lo peor.

La primera llamada fue para hacerme el cuerpo a su pérdida definitiva. El disco duro no respondía ni con oxígeno. No obstante lo mantendrían entubado en la sala de cuidados intensivos.

Mi pobre memoria, el contenido de toda una vida a la basura. Letras, canciones, poemas, artículos, pensamiento, una novela casi acabada, cientos de fotos, correos, cartas, trabajo... y sin copia de seguridad desde hace muchos meses.

Ahora me llaman y parece que respira, que hay una ligera esperanza. Me alegro como si fuera un ser humano. Me alegro por recuperar mi mundo, mis recuerdos, mi intimidad.

Si lo recupero haré varias copias de seguridad. Si lo recupero me volverá la sonrisa. Si lo recupero puede que no me afeite la cabeza ni me vaya de ermitaño a un monte perdido, más cerca del cielo que de la tierra, donde no haya electricidad ni cobertura y la única conversación posible la tenga que mantener con una cabra encima de una peña.

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José Manuel -

Suerte amigo