Blogia
volandovengo

Lectura en la biblioteca 3

Lectura en la biblioteca 3

No sin cierto pudor, deseo participar a los lectores de este blog las notas de presentación que, bajo el título de Vindicación de Jorge Fernández Bustos, leyó el poeta y coordinador de los Encuentros en la Biblioteca, y caro amigo, Juan Carlos Friebe. Como bien dicha semblanza se alarga hasta los seis folios, me veo precisado a fragmentar, eliminando, entre otros párrafos, el fruto de mi cosecha adjunto en estas mismas páginas, enlazando el referido post:

A Jorge Fernández Bustos hay que leerle en su blog, lo que no quiere decir que no se le pueda leer en algunas publicaciones. Pero es en su blog donde Jorge Fernández Bustos es más Jorge Fernández Bustos que nunca, o al menos a mí me lo parece… ahí se agranda o se achica, si le apetece, ahí se expande, o se deja llevar hacia dentro, si le place. Ahí es más sí mismo que su mismo yo: ahí es autor, y ahí es, en un sentido casi romántico del término, poeta.

No le quepa duda a nadie, aunque él lo disimule muy bien, a menudo, que Jorge atesora muchos talentos: y no me refiero a que acumule ingentes cantidades de aquella antigua moneda griega, que él sabrá (probablemente sepa hasta de numismática) aunque sí a que aparte de su ingenio, de su chispa a veces amarga, de su inteligencia casi siempre amable, es hombre de hondas raíces culturales, una rara avis contemporánea de trino flamenco y no de bandurria de rondalla, de pensamiento ilustrado y no de ideas de fanfarria.

Él mismo escribe que… [Un sucedáneo]

Puede que yo no sea yo, pero lo que sí es seguro es que Jorge Fernández Bustos sí es Jorge Fernández bustos: sus escritos no esconden sus arrugas. Y es posible que él sin darse cuenta sí perciba algo a todas luces evidente hace ya bastantes años para aquel iluminado que fue August Strindberg cuando se enfrentó a lo que otros escribían en su tiempo:

¡Poetas!
¿Por qué nos salmodiáis con rimbombancia
sobre altos temas, no es alta la vida?
¿Es fea la verdad, hermosa la apariencia?
¡Si adornáis lo que es vano, la verdad es horrenda!

¡Lo feo es auténtico! [1]

Naturalmente él no es Strindberg, entre otras cosas porque no es sueco y porque está vivo. Jorge Fernández Bustos es poeta de poemas irregulares cuando se aleja de sus profundas raíces flamencas, siempre es más original cuanto más hunde su verso en los orígenes, en el poema breve, en la voz de la letrilla popular, como en esta Malagueña…

Usa distinto jarabe,
aunque de ti digan mal,
tú no digas mal de nadie,
procura no ser igual
que después todo se sabe.

pero que puede deslumbrar, inesperadamente, cuando parece que el poema desfallece.

Os hablaré del miedo.

La soledad callada,
el silencio escogido,
el desierto sin fondo,
la fiebre ingrata,
son participaciones
de un sólo amor.

El miedo está en el hombre,
el verdadero miedo
es la voluntad que se acaba,
el espíritu que traiciona;
es la vanidad que decrece,
los sueños de grandeza;

es la flaqueza de la mente,
el corazón rendido
y el alma que se muere.

Nuestro miedo es de bronce.

Este texto pertenece a un poemario inédito que versa sobre la vida de San Antonio Abad, patrón de los animales, y se centra en sus tentaciones desérticas. Como él mismo dice es simple, fácil y directo. Así es su narrativa, así es, en general toda su producción, en la que destaca, sin lugar a dudas para mí, su eficacia como cronista del flamenco, su puntería y su precisión a la hora de valorar una actuación. Hace poco, en su blog, comentaba cómo llegó a este arte… [De los padres del Nuevo Flamenco]

Aunque mañana, cuando por fin me siente a escribir un ratito a mis amigos, algunos de los cuales estáis hoy aquí, citaré más extensamente a Mauthner, me siento muy próximo a Jorge en muchos sentidos. "No tengo empleo académico alguno. No tendré por mi trabajo título de nombramiento... no tengo yo currículo en regla tras mí, ni carrera ante mí... No conozco las locales condiciones de cada una de las Universidades, ni de sus facultades... No he estudiado nada de esto, no tuve tiempo para ello. Yo no soy un profesional. Más aún. De muchos eruditos, de los cuales sobre el valor de sus trabajos tuve que probar, no sé verdaderamente yo, pobre autodidacta, en qué Universidad viven, no sé de este o del otro, si es que viven todavía, o si es aún digno de consideración. El signo marcadísimo del diletantismo. Pues diletante es aquel que hace su trabajo por amor, por amor al trabajo, al trabajo, precisamente, que él hace”.

No quisiera olvidar que hace aproximadamente un año, Jorge logró reunir en el FEX a flamencos y poetas en una serie de actos que, al margen de su éxito, para mí, tenían un valor metafórico. Poesía y flamenco como una sola disciplina de carácter oral y coral, una identificación de dos términos que son y no son al mismo tiempo el otro. Hoy, gracias a él y a la generosidad de sus invitados, seremos de nuevo testigos de ello.


[1] Trad. Carmen Montes en colaboración con J.C.Friebe

2 comentarios

volandovengo -

Paco, me alegran estas felices coincidencias y que sigas visitando mi blog. Saludaré de tu parte a Juan Carlos, no lo dudes.

Paco Campuzano -

Querido Jorge:

¿Sabes que Juan Carlos estaba en mi clase en el colegio? Me resulta de divertido y me alegra que ahora seáis amigos (dos talentosos amigos).

Dale un abrazo de mi parte.