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volandovengo

Último haiku

No lo concibo,

me ha hecho desgraciado

quien feliz me hizo.

6 comentarios

volandovengo -

Gracias de nuevo, Pasteurizado II. La escritura es un buen bálsamo (el flamenco también). Me encanta que hayas dado conmigo, que me leas y me comentes. Aunque de por sí soy depresivo, ya llegarán los tiempos de bonanza.

Pasteurizado II -

No, no le conozco. Llegué a su blog por mi afición al flamenco. El sufrimiento es muy parecido para todos, es evidente que usted sufre, lo sé después de leer muchas entradas de su blog, y yo también he sufrido y sufro. Es fácil conectar con el otro en esa situación aunque no se le conozca y leyéndole me sentí muy conectado a usted o a sus sentimientos. Me permití la licencia en calidad de conocer lo que es el dolor de dirigirme a usted y expresarme libremente. Deseo que abandone pronto la Antártida, que haya personas analgésicas en su vida y que no deje de escribir.

volandovengo -

Gracias, Pasteurizado II. No sé quién eres, aunque parece que me conoces. Tendrás razón pero en este extremo hace tanto tanto frío...

Pasteurizado II -

No sufra, la vida es un péndulo. Usted, que es Jorge, debe amar las nubes y las mañanas frías, la comida caliente, el vino tinto y del tiempo, los perros solitarios y las mujeres esquivas. Usted debe andar sin pasos y no gritar si no está en las trincheras, callar a punto y sin compás. Usted debe escuchar el sonido de las calles solas y las fuentes secas. Diga no, diga yo si hace falta, mire arriba antes de cruzar la carretera, siéntase en su casa aunque no lo hayan invitado o no se lo digan. Tenga ganas, tenga penas para cantar y risas para bailar, usted debe ser usted y hablarse de usted. La vida no da vueltas, es un péndulo, todo vuelve, todo menos lo que no sucede.

volandovengo -

Está bien la coplilla. Estamos en las mismas, si el amor duele, el desamor desgarra.

Carmen K. -

El otro día en Matadero, Madrid, en un baño escrito, el periodista y escritor Antonio J. Luna, fotografió un texto escrito en la pared que decía: "¡Si deseas matarme, no necesitas puñal, deja de quererme un instante y el golpe será mortal". Entre el haiku y la copla.