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volandovengo

El frío en Granada

El frío en Granada

Desde las bondadosas tierras de Badajoz, el poeta Ben Sara, originario de la ciudad portuguesa de Santarén, perteneciente a la taifa aftasí, arribó un día de febrero a la ciudad de Granada.

Tal día era soleado y, a orillas del Dauro, sentado en una peña lisa, no se estaba mal contemplando la impresionante alcazaba que se elevaba orgullosa en su frente. Sobraba incluso el fez sobre su corona.

Era un remanso de paz dable de ser cantado con los inspirados yambos que el ambiente le dictara. Así, el joven portugués, empalmó péndola y extendió papiro presto a dejarse impregnar por los cantos cambiantes de un río, que hasta hacía poco arrastrara oro, por los gorriones que libaban en sus aguas y por los pececitos acarminados y argentinos que los abundosos gatos de la ribera no tardarían en atrapar.

Pero cuando llegó la anochecida y la chilaba de merino no le cubría lo suficiente para combatir el frío crecido de la Sierra Nevada, Ben Sara trocó sus bucólicos versos en otros en los que pedía que se permitiera el consumo de vino en esta ciudad para entrar en calor; y terminó el poema con un deseo: Si mi Señor me arroja al infierno, en un día como hoy, me parecerá delicioso.

Corría el año 516 de la Hégira, 1123 del calendario gregoriano, en la ciudad de la Alhambra.

Cuento también presentado, sin pena ni gloria (quizá más de lo primero si acaso), al Primer Concurso de Microrrelatos de la enoteca Di Vino, sobre el vino y Granada (abril de 2013).

7 comentarios

volandovengo -

Nunca he cerrado los ojos. No tengo perro pero lo tuve. No sé decir que no, pero he visto pasar delante de mis ojos demasiados trenes...

Rossy -

Bello tengo mas de un caballo y es real y cosas que no creerías. El cuento es bello y pasear de perro es bello. No digas que no que te pierdes cosas.

volandovengo -

Ay Rossy, que no te llamas Rossy y dudo que tengas caballo como yo no paseo perro. Me gusta no obstante el nuevo sentido de tus palabras y no escojas como lazarillo el cuento moralino. Cada cual porta su mochila y siempre tiene en su alma un lado oculto, como la luna.

Rossy -

Aún no cumplí mi promesa pero un día te mostraré mi nombre y aunque nunca me dirás el tuyo ni los secretos. Ya supiste que soy especial y flor de jardín yo no supe de ti más que de volandovendo y tus angustias dolientes pero yo te voy a mostrar mi caballo que lo adoro aunque nunca pudiera sentarse junto a tu perro. Yo se que eres un caballero y que tu voz es del selenio y que les gusta escucharte. Ya no digo más que no te agradan cuando te escribo muchas aunque debes de saber que es de la profundidad del corazon y tuve que tomar para confesarlo aquí. Un saludo.

Rossy -

Bello lo sencillo es bello

volandovengo -

enmilaberinto, entre visillos me comentaron que el cuento era algo 'erudito' para lo que se perseguía con un concurso de ese tipo.

enmilaberinto -

Un cuento poético, muy descriptivo, delicado, sin demasiadas pretensiones, salvo dejar cerca las sensaciones de ese febrero en Granada a través de los ojos del poeta. No creo que el cuento pasase desapercibido, el vino tal vez, puede ser la explicación.