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volandovengo

Aproximación a la Rueda

Aproximación a la Rueda

Todo fue redondo en un principio, después se quebró. El círculo, la esfera, es un símbolo de perfección. Hasta el cristianismo, todas las religiones habían basado sus creencias en un redondel, como el sol, como la luna cuando esta llena, como la Tierra antes de que empezara a ser plana.

Cuenta Gore Vidal, en Creación, que Pitágoras creía que, entre todos los sólidos, la esfera era el más hermoso; y que de todas las figuras planas, la más sagrada era el círculo, donde todos los puntos están unidos y no hay principio ni fin.

Así, Pitágoras simbolizó todos los acontecimientos del universo, incluidos los del hombre en los planos material y espiritual, con un círculo. Consideraba que todo en el universo se repite y el hombre al morir debía regresar a la vida para cerrar nuevamente el círculo.

Pero llegó san Agustín que escribió que Jesús era la vía recta que nos salva del laberinto circular en que andan los impíos. Y se impuso la recta y la cruz. El arte renacentista promulga que “lo que distingue la cultura clásica ante la barbarie es el uso sistemático de la línea recta sobre la curva”.

Nicolás de Cusa afirmaba en cambio que “la línea recta no es sino el arco de una esfera infinita”, como Dios que, según el Maestro Eckhart (dominico alemán del siglo XV) “es una esfera espiritual infinita, cuyo centro y circunferencia están en todas partes”.

Así la línea recta no existe. El norte no es un punto, sino una dirección. Nuestro avance es radia, lo más parecido a la recta son los caminos borgianos.

Torrente Ballester lo comprendió cuando dijo: “El Destino es circular, hay que contemplarlo dando vueltas o desde el centro”. Allan Poe consideraba la esfera como “la más perfecta y comprensiva de todas las formas”.

José Nieto poetiza:

Es el triunfo arrogante de la estética
la pura simetría de la recta
fracaso y vocación de curva rota.
 

Fray Julián, fraile y pintor, personaje de Terra Nostra de Carlos Fuentes, refiriéndose a su pintura dice: “Sólo lo circular es eterno y sólo lo eterno es circular, pero dentro de ese eterno círculo caben todos los accidentes y variedades de la libertad que no es eterna sino instantánea y fugitiva”.

Para ser un poco más enigmático, Isak Dinesen profundiza, en Siete cuentos góticos, cuando escribe: “Enseñó a la muchacha griego y latín. Trató de inculcarle la idea de belleza de las matemáticas superiores, y cuando le dio explicaciones sobre la infinita belleza del círculo, la muchacha le preguntó. —Si fuera realmente tan bello y tan perfecto, ¿de qué color sería? ¿No sería azul? —Ah, no —contestó—. No tiene color”.

* Nicolás de Cusa, en la imagen.

3 comentarios

B -

Cada día lo echo de menos. Un beso, Jorge, me ha emocionado lo que dices.

volandovengo -

De nada, B, tu tío (José Nieto) era un gran hombre.

B -

Jorge, gracias por la referencia.