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volandovengo

El hombre que no se parecía a su fotografía o la fotografía que no se parecía a su hombre

El hombre que no se parecía a su fotografía o la fotografía que no se parecía a su hombre

Ya está dicho. El título cuenta el cuento. Así es. Resulta que un hombre va a renovarse el carné de identidad. Le hace falta una foto reciente y decide hacérsela ese mismo día, en el establecimiento fotográfico que hay en la puerta, que dan las fotos al instante. Qué más reciente que aparecer con la misma ropa y con la misma cara de lunes que ese lunes. Espera su turno y, cuando el funcionario, en este caso una mujer rubia y cansada, de mediana edad, le pide su fotografía y éste se la entrega, le dice, mirando alternativamente al positivo y al usuario, que no se parece. Pero, si se la acaba de hacer, responde. Que es muy parecido, asiente ella, que las ropas coinciden y algunos rasgos, pero que definitivamente él no es el de la instantánea. Jura y perjura el individuo que sí que es, que la fotografía le pertenece, que se la acaba de hacer aquí en la puerta, que, aunque no es muy fotogénico, su nombre es la persona que mira desde el retrato. La funcionaria admite que sí, que evidentemente la fotografía coincide con el nombre indicado, que quien no coincide es él, se ponga como se ponga. Pero bueno, dice el hombre, si soy yo quién ha venido a renovarse el carné, la foto es circunstancial, es lo que yo aporto, como mi huella o mi firma. Imposible, opina la rubia, dígale al titular que venga, hay mucho engaño y suplantaciones últimamente. Esto es absurdo, se indigna el señor, y hace venir a los inmediatos superiores para dilucidar el tuerto. El jefe de negociado y el inspector jefe coinciden con la mujer, el hombre es un impostor que no coincide con su fotografía. Cada vez menos. Un agente de paisano, que también se ha acercado, comienza a dudar y, al punto, los demás lo censuran, mandándolo a otros menesteres. Ese no reconocería ni a su madre. El hombre dice de hacerse nuevas fotos allí mismo, acompañado por alguien de la comisaría. No tienen tiempo para eso. Además, el problema no es el retrato, sino el hombre que lo porta. Váyase, concluyen, y cuando venga el titular, le daremos su carné y sus fotos. ¡Qué pase el siguiente!

4 comentarios

volandovengo -

Por otra parte, no sé bien cómo se haría lo de la casilla para redireccionar a tu blog. Lo investigaré. Pero este formato de blogia está algo limitado.
No obstante, en la página principal viene, a la derecha, un apartado que pone 'enlaces', donde acabo de meter tu bitácora.

volandovengo -

Bueno, Carmen, muchas gracias por tu sugerencia. Quizá sea más válida tu propuesta, pero para mí tiene menos fuerza expresiva. Será galicismo como dices, pero en el habla común está bien admitido. El Diccionario panhispánico de dudas, en su edición de 2005, pone varios ejemplos con esa formula y dice que “en el habla coloquial, decir se usa a veces como intransitivo, seguido de la preposición de y un infinitivo, con el sentido de ‘proponer o sugerir’ (…)”. Y continúa dándote completamente la razón: “En registros formales se prefiere usar la construcción transitiva normal decir que + verbo en forma personal”.

Carmen K. -

Las barbas, quiero decir. Concordancia género y número; la que no hay entre el teclado y los akais.

Carmen K. -

Qué bueno (y qué risa).
A mí me pasa exactamente lo mismo: cuando me ven las barba y patillas que gasto, nadie entiende (en la administración) que me llame "Carmen".

Por cierto, volandovengo, "decir de + infinitivo" es un extranjerismo, concretamente un galicismo. ¿No sería más correcto lo siguiente: "el hombre propone hacerse nuevas fotos"?

Otro por cierto más: si añadieses al blog una casilla donde poder escribir el nombre del blog que cada uno llevare, en mi caso yo escribiría el de mi Gastronomía Flamenco Punk, podría enlazar desde este blog, por ejemplo, al mío, como tú haces cuando dejas un comentario en la GFP. ¡Me das una envidia!
Buen día, compañero.