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volandovengo

Vidas acotadas

Vidas acotadas

Este blog, volandovengo llamado, se difumina cada vez más en el cosmos del ciberespacio. La información nos satura, las propuestas se solapan. ¡Lo que no esta en la red no existe! No podemos abarcar ni en siete vidas el bombardeo en constante crecimiento en las redes sociales, los blogs o las páginas web que llaman a nuestra puerta internáutica.

Cuatro me leen (por decir un número) por, como refiero, al ruido informático, al interés de otras direcciones, a la necesidad de que nos vean, más que ver nosotros, al descuido de mi cuaderno (mea culpa) en beneficio de promocionar mi novela de papel.

Quiero, sin embargo, romper este monográfico silencio con un tema que siempre me ha rondado por la cabeza y nunca le he puesto nombre. Es la idea de la vida acotada, que podría entroncar muy bien con el jardín borgiano de caminos que se bifurcan o con, quedándonos el punto abstraído, el yo soy yo y mis circunstancias, que preconizaba Ortega.

Quiero decir que somos lo que somos, lo que nos ha tocado (por nacimiento, por entorno, por desarrollo vital…) y por lo que hemos ido eligiendo (por simpatía o interés, más o menos puntuales; pero también por los trenes que hemos cogido o los que hemos perdido o hemos dejado pasar…).

Siempre hay asignaturas que ni nos van ni nos vienen, pero hay otras pendientes, las que nos hubiera gustado asir con todas nuestras fuerzas y complementar así nuestro conocimiento, habilidad, ocio-negocio o amor. Nuestra vida está acotada por deseo, pero también, sobre todo, por impotencia.

Quiero poner un ejemplo. Si pudiera, si me hubiera preocupado, si las cosas hubieran venido de otra forma, me gustaría saber de pájaros o de cine; aunque de ninguna manera, por más facilidades que hubiera tenido, quisiera entender de fútbol o de televisión.

Veo a gente alrededor y quisiera ser como ella. No, mejor, pienso si estuviera en las circunstancias de esa mujer, de ese músico, de ese niño prodigio, de ese anciano longevo, de ese pobre moribundo, de ese feliz bohemio… Y pienso que somos muchos, que la vida es corta o es larga según el día, que el mundo es muy grande, y el universo más todavía, que no somos nadie, que no somos nada, que lo único seguro, aparte de la muerte, es nuestra vida acotada.

2 comentarios

volandovengo -

Gracias, Juan Carlos, intento encajar mis anhelos...

juan carlos -

Con su qué sé yo de regusto agridulce, tus palabras, mi admirado y querido amigo, tienen su bien sé qué de compañeras ciertas. Hondo llegan. Tocas cerca.