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volandovengo

Un paso decisivo

Un paso decisivo

El joven cantaor paduleño, Tomás García, que el viernes pasado debutó en el teatro Isabel la Católica, ha dado un paso decisivo en su carrera, un salto sin retorno. A sus diecisiete años se viste de largo y actúa en solitario ante doscientos espectadores, tal vez más. Desde este momento, el cuidado de su persona y el uso o abuso de su voz, entran en una nueva dimensión.

La apuesta solapada en general hablaba de inmadurez y apremio. Los dedos estaban cruzados tras los primeros compases de Luis Mariano, a la guitarra, animando la malagueña, que Tomás aborda con seguridad y prestancia. Se sabe la lección y un momento no es mejor ni peor que otro. Comienza por la Torre de la Vela, haciendo honor a su tierra, y termina por Los peces de Gayarrito, que popularizó Bernardo. Se abandola por jaberas y rondeñas.

Ya, templado, borda seguidamente la soleá de Cobitos, en la que demuestra haber sido fiel ganador del ‘V Certamen Andaluz de Jóvenes Flamencos’ en la última edición del concurso del Instituto Andaluz de la Juventud. Puede que sea su entrega más flamenca. Se siente bien arropado entre la enorme guitarra de su veterano partenaire y la percusión considerada de Chema del Estad.

Para los tientos-tangos, para las alegrías y para los fandangos de Huelva requiere la presencia de dos jóvenes cantaoras, Nazaret Marcos y Aroa Palomo, que vigorosas le escoltan con las palmas y a los efectivos coros. Hay que destacar en estos temas festeros el guiño simpático de elegir letras tomadas de palos distintos de los que habitualmente se cantan; por otra parte, en momentos, aparecen coplas gruesas para cantaor tan joven.

Hay que decir en este punto que, quizá con el jaleo y la velocidad de las palmas, la percusión y una guitarra habituada sobre todo al baile, la voz del protagonista de la noche osciló brevemente, aunque bien supo colocarla en su sitio con asaz profesionalidad.

De nuevo a solas. Luis Mariano introduce con generosidad los preliminares de la zambra de El gitanillo errante, de Luis Mejías, que interpreta Estrella Morente en su trabajo Mujeres (2006), que da pie a una breve zambra caracolera con temática de Semana Santa.

La pareja prosigue musicando, con aires de bulerías, la conocida canción Lucía de Joan Manuel Serrat, grabada por primera vez en su disco Mediterráneo, en 1971, rompiendo una vez más la ortodoxia y demostrando la versatilidad y la firmeza de mirar hacia delante sin olvidar las raíces.

La noche acaba por bulerías, dando puntual protagonismo al resto de sus acompañantes. Los bises, como no podían ser menos, son un par de fandangos naturales.

Una velada, al fin y al cabo, sorprendente y prometedora, donde destacan además la puesta en escena, la ordenación de los cantes y el planteamiento genérico del recital.

2 comentarios

volandovengo -

Sí, María, fue un éxito.

MARIA -

fue una actuación impresionante!!!!