Patricia en La Platería
El sábado pasé por La Higuera para ver a Sara La Samarona. Es increíble la seguridad que ha cogido esta cantaora en sí misma, que hasta en el aspecto físico se le nota, y la expectación que despierta. Tiene salero, aguardiente y maestría en recomponerse cuando los hados le gastan una mala jugada. A su lado, Petete con la guitarra. Para las bulerías se dio una pataílla bien graciosa.
Después en La Platería la sorpresa fue mayúscula. No sólo por la percusión de Miguel ‘El Cheyenne’, el verdadero latido del flamenco; no sólo por la guitarra de Luis Mariano, posiblemente de los mejores guitarristas de acompañamiento; no sólo por las voces exclusivas de Juan Ángel Tirado, con su cajita de música en la garganta y su afinado torrente de voz, y de David ‘El Galli’ y su dominio con los bajos y los medios, que es como duele el cante; sino sobre todo por la bailaora Patricia Guerrero y su especial evolución.
Patricia ha sabido absorber de todos los maestros de los que se ha rodeado la esencia de su verdad y ha sabido adaptarlo a su discurso. Una bailaora, un bailaor, cualquier artista que se suba a un escenario y tiene algo que decir y sabe cómo contarlo, tiene parte del camino hecho. Patricia ha sabido limar asperezas, relajar el ceño y emplear todo su cuerpo para el fin deseado. Su esbeltez, su juego de cintura y sobre todo de muñecas rubrican un estilo eminentemente granaíno pero lleno de aire y de fronteras abiertas.
Un generoso comienzo al cajón recibe a los cantaores haciendo compás y alternándose por cantes extremeños, que dan paso a la guitarra orbital de Luis apuntando por levante y la primera aparición de la bailaora. El taranto pasa a ser tango tras un guiño sobresaliente. Se advierten huellas sacromontanas reconocibles que la adentran en un olimpo particular.
Un interludio sin baile llega por bulerías y después por seguiriyas. Llama la atención cuando los mismos músicos se admiran, se autoexigen y se aplauden entre ellos.
Patricia vuelve con bulerías por soleá. El fuego arde con toda la intensidad y los plateros están encantados con una de sus ‘hijas’. La bailaora se muestra muy canastera y con ganas de agradar, a pesar de las condiciones algo adversas de un escenario pequeño y de unas luces que difícilmente hacen justicia.
Con el fin de fiestas por bulerías vemos que tanta fiesta y tanto compás de doce tiempos va sobrando.
La duración del aplauso final, con los parroquianos de pie, no se ha visto desde hace mucho en la ‘Capilla Sixtina’ del cante.
* Foto de Miguel Clavero (creo).
10 comentarios
MIGUEL CLAVERO -
volandovengo -
Juan, tienes ojo, siempre lo has tenido. Si a los 23 años Patricia nos da esas satisfacciones, imagínate cuando empiece a madurar como artista.
Juan Valeriano -
Carmen K. -
Ciertamente he estado. Hace tiempo. De la mano de gitanos flamencos. Sin embargo, el punto payo debe ser muy interesante. Y todo lo nuevo que está pasando allí claro.
¡Gracias!
volandovengo -
Antonio -
volandovengo -
Uno -
Uno -
Carmen K. -
Ganas de ver el baile de Patricia. Ganas de ir a la Platería. La Platería, conocida en Inglaterra como la catedral del flamenco (sí, se han hecho un pequeño lío los ingleses y demás británicos con el festival de las minas de la Unión, catedral del cante.