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Lo que permanece

Lo que permanece

Flamenco Viene del Sur. Caprichos del tiempo

Salvador Dalí dijo: ‘La moda es lo que pasa de moda’. Isabel Bayón huye de lo novedoso, de la corriente, para quedarse con lo imperecedero, con el sentir que deja huella, con un baile que se ha aferrado a su epidermis tan fuerte como su identidad. Y es que Isabel está atravesando un momento de plena madurez artística, de seguridad y convencimiento. Tiene una forma pausada y concisa. Prefiere la permanencia a la espectacularidad.

Caprichos del tiempo obtuvo el Premio de la Crítica en el Festival de Jerez de 2013 y se presentó con meridiano éxito en la pasada Bienal de Flamenco de Sevilla. El lunes de esta semana lo pudimos ver en el teatro Alhambra de Granada con igual recompensa, tanto para la bailaora y sus acompañantes, como para el público aficionado. Ya que, desde su primera obra personal, La mujer y el pelele, pasando por su penúltima propuesta, En la Horma de sus zapatos, se la recibe con agrado y seguridad.

Al preguntarle por su cuadro de músicos en una entrevista, en días pasados, que le hice para la radio (La Voz de Granada), con verdadera emoción respondió que era un gusto rodearse de primeras figuras, David Lagos y Miguel Ángel Soto ‘Londro’ al cante; Jesús Torres y Juan Requena a la guitarra; y José Carrasco a la percusión. Y es verdad que componen un cuadro excepcional, cada uno con sus logros individuales y su trayectoria.

La obra da comienzo con sonidos de reloj, grillos y campanas que nos muestran a una bailaora descalza, como reflexionando, hasta desembocar en una silla, donde se coloca los tacones y se acuerda de Mario Maya en sus formas, mientras los dos cantaores le hacen compás por fiesta, hasta que, puesta en pie, propone un zapateo a distinta velocidad e intención, ilustrando la malagueña de Chacón con la que empezó un verdadero homenaje a la ciudad costera, a sus montes y sus verdiales.

La farruca tuvo una generosa introducción de guitarra, en la que la sevillana, con sombrero cordobés, se muestra comedida y variable. David Lagos, reciente Lámpara Minera, le pondrá voz a un comienzo añejo, con sabor a Sabicas, para pasar, con los melismas del ‘Londro’, a un concepto contemporáneo a gran velocidad.

Recordando a Paco de Lucía se arrostran las guajiras, que son largas, con abanico y agradecido juego de caderas, la sensualidad y flirteo con sus músicos, incluyendo, como otras veces el beso a Jesús Torres en los labios.

En off seguidamente suena la voz de Vallejo, acompañado por Montoya y Antonio el bailarín, proyectado al pie del tajo de Ronda. Isabel bailaba por seguiriyas, que canta el ‘Londro’ y un inmenso David Lagos cuajado de gusto. Isabel remedó el martinete de Antonio en Ronda la vieja, con los cinco músicos rodeándola y haciendo compás.

Acaba la función con el mismo tic-tac de un comienzo que nos retrotrae a Isabel niña proyectada, hace 35 años, bailando con bata de cola rosa, con todo  el arte y la madurez que se puede tener a esa edad. Isabel, la de ahora, se mira en ese espejo del pasado y borda unas cantiñas de antología.

Bastantes minutos de aplausos arrancaron un simpático final de fiestas por bulerías, donde todos al unísono se dieron su pataílla.

* Foto de Alejandro Espadero©, tomada del programa.

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