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Los caminos de Arcángel

Los caminos de Arcángel

XII Encuentros Flamencos

Con “Olor a tierra” comienza Arcángel su recital, que pretende recoger esos cantes de siempre que, como el aroma de la lluvia, le han ido acompañando desde su niñez, y, al mismo tiempo, impregnarlos con esos sonidos nuevos, con ese flamenco experimental, que sólo pretende darle una nueva vuelta a la tradición. Por otra parte me temo que su propuesta abundó más en este segundo concepto que en el primero, máxime si se reúne de dos de los tocaores, Miguel Ángel Cortés y Dani Méndez, más vanguardistas del panorama actual.

Arcángel, con su sentido del compás, su perfecta afinación, su apología del grito y su constante referencia a Morente, principia su recital por cañas, rematadas por soleá por bulerías. Es un buen comienzo, donde se ponen de manifiesto sus cualidades, el deseo de innovar y esa dimensión contemporánea de los guitarristas de la que hago mención.

El cantaor onubense continúa por malagueñas, donde se alternan las guitarras como en un duelo de sensibilidades. A estos cantes de Málaga se le van uniendo los coros y el compás de Los Mellis y la percusión de Antonio, cuando se rematan por rondeñas “casi recitadas” y más tarde por fandangos del Albaicín, que Arcángel borda con sus extremos agudos.

Durante los tangos, el cantaor se asoma al Camino y termina acordándose de Enrique, a quien dedica manifiestamente todo el concierto, incluso gasta un chaleco con la figura y el nombre del maestro granadino.

En las seguiriyas, en las que le acompaña sólo Miguel Ángel cortés, vuelve a hacer de las suyas (lo que le hemos visto hacer más de una ocasión) y hace libre lo que está medido y cambia el acento tradicional. Momento interesante será cuando vengan marcadas por pandero. Termina remedando a Chacón.

Por soleá, arropado por Dani Méndez, se siente grande, antes de un pequeño descanso, en el que las guitarras se quedan solas haciendo exquisiteces por levante.

Vuelve a las tablas Arcángel por bulerías, a pie de escenario, sin micrófono, en las que todos los músicos le acompañan haciendo sólo compás con las palmas.

En las alegrías se siente como pez en el agua, sólo superadas por los fandangos donde es largo y respetuoso con su tierra y sus mayores, a los que reconoce de manera especial a Toronjo o a Morente.

 

La noche sin embargo no terminó allí. Después de Arcángel en los Encuentros del teatro Isabel la Católica nos dirigimos a la peña La Platería, donde Pepe Habichuela actuaba con la joven castellonense Tamara Escudero. Como es lógico, el recital ya había empezado y asistimos sólo a la segunda parte, breve pero intensa. El más aperturista de la saga Habichuela comenzó por soleá, marcando como pocos, arpegiando como él solo. A Tamara se le observan las maneras y melismas de Estrella Morente. Se le parece en la apuesta y en el timbre de la voz. Ligando los tercios, es rica en ayeos y en vocales prolongadas melódicamente recorriendo la escala, aunque pasea con más comodidad por los bajos. Su afinado es perfecto.

En la vidalita, con La vieja sonanta, Pepe recuerda a Morente y su colaboración, y la cantaora sin confusión remeda a Estrella.

Terminan por fiesta con unas alegrías gran moduladas y, requiriendo compás de José Antonio Carmona, se marchan por bulerías.

* Foto: Antonio Conde©.

2 comentarios

volandovengo -

Lo sé, José Manuel. Me pierdo las mejores.

José Manuel -

Y algunos vivimos mas de una hora de recital de Arcángel junto a Pepe Habichuela