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volandovengo

Civismo

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Ayer tarde, con mi niño en los columpios de la plaza, presencié una escena de las que fusilan los guionistas para las series de hoy en día. Es tan simple y cómica como llamativa (¿emotiva?). La cosa fue así: dos niñas de 14 ó 15 años (no sé calcular bien las edades, incluso la mía supera a mi conciencia) se acercaron a tirar la basura en los contenedores que esquinan la calle. Entre risas, una de ella toma impluso y, con las mismas de volear la bolsa en el cubo, arrojó también el manojo de llaves que asía con la misma mano.

Mi primera intención fue acudir en su ayuda. Ya me veía de desperdicios hasta arriba buceando entre basura. Pero, casi al mismo tiempo, pensé en mi niño, que en ese momento creo que emprendía una carrera con su sombra de atardecer, y cayó sobre mí el peso de la responsabilidad, la lógica convicción de que no debía descuidar al pequeño en ningún momento y el de mantenerme lo más higiénicamente posible para él, si no al momento de cogerlo iba a oler a vertedero y puede que fuera foco de infección ante sus limitadas defensas.

Así que, con un suspiro de alivio, decidí seguir siendo observador pasivo. Las niñas reían por el episodio y miraban a todas partes, no sé si buscando cómplices o deseando que hubiera pasado desapercibida escena tan desafortunada. No sabía lo que a continuación harían, pues era una situación complicada y comprometida. Al punto advierto que las dos niñas agarran el cubo y lo voltéan volcando su contenido hasta oír las llaves tintineando en el piso.

Como todo el contenedor eran paquetes bien cerrados la suciedad y el trastorno fue poco. Las chicas cogieron el llavero, pusieron el cubo nuevamente en pie y devolvieron la basura, bolsa a bolsa, a su sitio. Corrieron a la fuente, se enjuagaron las manos y la gavilla de llaves, que secaron con sus mismas ropas, y regresaron por donde habían venido sin dejar de reír.

Desde mi atalaya las vi alejarse y me quedé pensando en la inutilidad de mi ayuda, en su caso, en la eficacia de las adolescentes y en su sentido cívico, pues otros chicos (lo común, pensaba) hubieran dejado la basura vertida en la calle y el cubo despreocupadamente caído.

1 comentario

Hueso -

Muy aleccionador, sin duda.