Una Gema tallada en La Platería
Gema Jiménez, joven cantaora de Jódar, hizo honor a su nombre y fue una piedra preciosa el sábado en la peña de La Platería. Ganadora en el 2005 de la Lámpara Minera en el Festival de las Minas de la Unión, demostró con creces el merecimiento de este premio. No se equivocaba el vicepresidente de la Peña en su presentación, diciendo que la Lámpara no le da prestigio a Gema Jiménez, sino que la cantaora jienense ensalza estos galardones. Y es más, añado yo, cuando se conceden premios tan merecidos, se justifica todo el entramado de un Festival que año tras año señala a un ganador que después se queda en la cuneta.
El exigente público de esta asociación flamenca quedó satisfecho con la entrega de una cantaora que se volcó como nunca, según los que la habíamos visto en más ocasiones, y fue brillante en sus propuestas, más en la primera parte que en la segunda, rompiendo algunas previsiones.
Muy segura de sí, dominando la escena y a gusto, como si estuviera en su casa, los cantes fluían por una garganta privilegiada y un timbre especialmente bello, que domina los altibajos y se apodera del compás y de un quejío moderado que arrancaba oles de absoluta complicidad.
Gema abrió la noche con una granaína y media, fue grande en los caracoles chaconianos, en las tarantas demostró su dominio por levante y acabó esta primera parte con tangos en los que viajó de Badajoz a Granada pasando por Málaga.
Después del descanso, interpretó con su habitual belleza unas milongas dedicadas al maestro Valderrama, unas seguiriyas, en las que no se rompió como se esperaba, unos fandangos, quizá demasiado largos, y un fin de fiestas por bulerías.
Eduardo Rebollar, excelente a la guitarra.
* FOTO: carátula del CD de Gema Jiménez, a raíz de haber ganado la Lámpara Minera en el Festival Internacional del Cante de las Minas de La Unión
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