Mazapán
Atención a esta receta:
"Se hace con azúcar de sémola y almendras que se amasan mezclándolas con las especias que se elijan. Preparas una pasta de harina de flor como para rosquillas y haces con ellas figuras como con las pastas de nuez y de almendras, piñones y otras, grandes y pequeñas que llenas con este relleno. A continuación haces cocer, en un caldero ya dispuesto, aceite en abundancia, y prestas atención, removiendo las piezas con la cuchara para que se doren progresivamente. Las dispones en platos barnizados y haces colar miel sin espuma en la que has echado agua de rosa de buena calidad, con especias, y que la miel haya cocido con el agua de rosas".
Pertenece al libro Fadalat al-Jiwan fi Tayyibat ('Relieves de la mesa, sobre manjares y guisos') de Ibn Razin al-Tuyibi, escrito en el siglo XIII. O sea, que en Granada, desde hace casi un milenio, no sólo existía el mazapán, sino el mazapán de figuritas. También se comía en la ciudad de la Alhambra turrón duro y blando, hojaldrados o cuernos de gacela, productos tan imprescindibles en estas fechas que sin ellos la Navidad no sería lo que es.
Son dulces musulmanes, por supuesto, como tantas cosas que usamos habitualmente, en la cocina, en la arquitectura, en la medicina... y hasta en el lenguaje. Somos parte árabe casi tanto o más como castellana (como somos también parte judía). No sé por qué somos intolerantes, xenófobos, racistas. Dejemos de tirar piedras sobre nuestro propio tejado (Hitler tenía ascendencia judía).
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