El asiento doble
En los autobuses urbanos de Granada, y supongo que de algunos otros lugares, han puesto algunos asientos individuales un poco más anchos que los demás, pensando en las personas de más envergadura o simplemente para aprovechar el espacio sobrante. Muchas veces me veo obligado a ocupar esos asientos y me da cierta fatiga porque no lo lleno ni a la mitad. Cuando voy cargado con alguna bolsa o equipaje lo agradezco, pero cuando voy pelado, ligero, los recorro como un garbanzo en una lata con los vaivenes del conducir.
Me da alegría en cambio cuando un señor o una señora los rellena. Pasajeros que se les queda pequeño el asiento convencional, usuarios que sin querer ocupan dos plazas y desplazan al compañero de asiento o lo arrollan casi literalmente. Pero más alegría me da cuando ese butacón lo comparten un chico y una chica, una pareja que a veces, de tan juntos, les sobra espacio.
2 comentarios
volandovengo -
enrique ortiz -