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volandovengo

No desprecies a la culebra por no tener piernas

No desprecies a la culebra por no tener piernas

Quién lo ha visto y quién lo ve. Era, como si dijéramos, el tonto del barrio. Un día llegó con la mandíbula abierta y la lengua gorda que se derramaba fuera de la boca, ofreciéndonos pesetas y comiéndose los papeles de los anuncios publicitarios que arrancábamos de paredes leprosas. Era grandote y grueso, torpe y sin entendederas. Bien lo echábamos de nuestro lado bien lo llamábamos para reírnos al punto de sus desvaríos. Si no llevaba la baba colgando, se le caían los mocos, que mal limpiaba con el mismo pañuelo sucio con que enjugaba su boca. Lo mandábamos a comprar tabaco, a tocar el culo de las niñas u otro sinfín de pruebas a superar para entrar en un supuesto club al que nunca tendría acceso. Detrás de las cristaleras de su portal, se asomaba sobándose los genitales al paso de alguna chica. La Rosa, fresca y hermosa, se preguntaba por qué el pene más grande pertenecía siempre a necios y a tarados. Divulgó, como si fuese una broma, que era su novio y, de esta manera, se lo llevó a la cama. A lo primero reconoció que era tonto sin remedio, que no se quitaba la gorra ni para follar; pero después no pudo pasar de unos encantos tan inocentes como descomunales. Llegó el día que su fama corrió y lo tuvieron por montura todas las mozas del barrio y de los alrededores. Los chicos casaderos del lugar, un buen día, le dieron una paliza que casi lo revientan de pura envidia. A raíz de esto, sus padres se lo llevaron lejos. Al tiempo volvió hecho un notario de prestigio, con el coche más lujoso que hayamos visto y una elegante morena por mujer. Cuentan que fue idiota por un golpe de pequeño o por un letargo voluntario al contemplar la violación de su madre. Un desajuste en el cerebro que se reajustó, probablemente, después de la magna paliza de sus cornudos vecinos.

* Un cuentecillo de juventud 

4 comentarios

volandovengo -

Es agradable que un cuento antiguo siga generando emociones.

danieltellez -

joder, vaya temazo de cuento

volandovengo -

Me alegra que le guste, señor Hueso.

Hueso -

Tremendo cuento, sí señor.