Limpieza
La limpieza siempre es peligrosa. No me refiero a la limpieza en sí, en su acepción higiénica, sino al expurgo de nuestras posesiones, casi siempre, cuando el desorden oprime. O sea, lo que se dice hacer limpieza, despejar nuestros recuerdos tangibles de lo que creemos que ya no nos sirve o no nos es útil.
Basta con deshacernos de algo que guardábamos por si acaso durante años, para que a la vuelta de la esquina lo necesitemos.
Son pérdidas relativas, en realidad. Cuando tiramos algo lo hacemos con dolor quizá, pero a conciencia. Muchas veces, sin embargo, nos da alegría de deshacernos de algunas pertenencias, algunos recuerdos que no hacen sino anclarnos al pasado, a momentos que ya no volverán, sean buenos o malos.
Lo peor sin embargo es "prestar" algo porque no lo utilizamos de momento y cuando nos hace falta no lo tenemos o no sabemos dónde está o no recordamos quien lo tiene, que, voluntaria o involuntariamente se ha vuelto olvidadizo o amigo de lo ajeno o símplemente se ha apropiado de lo que está en su poder durante tanto tiempo ignorando quizá su pertenencia (el olvido afecta a todos).
Dicen que hay dos clases de tontos, los que prestan libros y los que los devuelven, y yo, amigos, soy de las dos clases.
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lauzier -
cuti -