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volandovengo

Un hombre bueno

Un hombre bueno
Noli me tangere

Inconmensurablemente bueno era aquel hombre. Bondadoso hasta lo impensable. Quizás el hombre más bueno sobre la tierra.

Un verano, cuando los bichos revolotean y se pegan como pequeñas limaduras de hierro a los grandes imanes humanos, se dio cuenta que si espantaba las moscas que impepinablemente se posaban en su cuerpo, podían llegar a molestar a otros compañeros, haciéndolos justamente enfurecer. Así, que estoicamente decidió soportar aquellos puntitos negros alados.

Pasó el tiempo y el hombre reconoció que su pasividad no era suficiente: las golosas hijas del diablo seguían molestando a sus amigos. De esta forma, aquel hombre bueno (en el sentido machadiano de la palabra), untó miel por todo su cuerpo, para, no sólo soportar a las familiares que ciertamente le correspondían por derecho porculizador, sino también atraer a todas sus golosas congéneres que pululaban por los alrededores, liberando, de este modo, a las personas que le hacían compañía en aquel momento.
Aquel hombre, inconmensurablemente bueno, al tiempo murió mosqueado, creo.

* Más de veinte años tiene este cuentecito.

2 comentarios

volandovengo -

Sí, no sé por qué, la belleza y la bondad terminan por consumirse. Ahora sólo mato el tiempo (sin poder evitarlo).

Id -

haces veinte años que por tu imaginación murió el mosqueado bueno? Que matas ahora? :)