Lo que cuenta el siete (3)
Siete eran las artes liberales, que desde la época medieval, han llegado hasta nosotros, discutidas por Marco Terencio Varrón en el siglo I o durante los siglos V al VII, en especial por los trabajos del escritor latino Mariano Capell, el historiador romano Flavio Magno Aurelio Casiodoro y el estudioso español san Isidoro de Sevilla. Estas artes eran gramática, lógica, retórica, geometría, aritmética, astronomía y música. Ahora se conoce al cine como “séptimo arte”.
Por cierto, que los romanos estuvieron en la Península siete siglos.
Siete son las Maravillas del Mundo Antiguo (las Pirámides de Egipto, los jardines colgantes de Babilonia, la estatua de Zeus en Olimpia, el Artemision de Éfeso, el Mausoleo de Halicarnaso, el Coloso de Rodas y el Faro de Alejandría), obras que aún, en la actualidad, nada las ha superado, aunque a lo largo de los tiempos –recuerda el historiador Federico Lara Peinado– se han difundido listados, tanto en época latina como en el Renacimiento o el Barroco, eliminando algunas de estas maravillas canónicas o intentando añadir una octava a esta relación, como es el Coliseo de Roma, Santa Sofía de Constantinopla, la Gran Muralla china o El Escorial.
En el organismo existen siete plexos vitales (sacro, prostático, solar, cardíaco, laríngeo, cavernoso y coronario), que corresponden a su vez a siete órganos o glándulas (coxis, próstata, región del ombligo, corazón, tiroides, pituitaria y pineal) y que deben cultivarse buscando la perfección espiritual, ya que hay siete virtudes contra las cuales se enfrentan siete vicios o pecados capitales (avaricia, lujuria, ira, gula, soberbia, pereza y envidia).
Siete son los países que se hermanan en la tradición y el espíritu celtas: Irlanda, Escocia, la Isla de Man, el País de Gales, Cornuailles, la Bretaña francesa y Galicia.
Siete son los sacramentos de la Iglesia (Bautismo, Confirmación, Penitencia, Comunión, Extremaunción, Orden Sacerdotal y Matrimonio). Siete son las Virtudes, divididas en tres teologales (Fe, Esperanza y Caridad) y cuatro cardinales (Prudencia, Justicia, Fortaleza y Templanza). Los dones del Espíritu Santo, que Él mismo se digna infundir en nuestras almas cuando penetra en ellas por gracia vivificante (Misal Breve y Devocionario, 1949), son: sabiduría, entendimiento, ciencia, consejo, fortaleza, piedad y temor de Dios.
Siete son los cabritillos del cuento, cada cual más grande y más fuerte, que acabaron con la gula del lobo. Siete los enanitos que hicieron realidad las fantasías de Blancanieves. El gato tiene siete vidas. Y las botas del cuento avanzan siete leguas.
A las siete horas del recién nacido, se sabe si el niño vivirá o no, y a los siete días se le cae el cordón umbilical.
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