Blogia
volandovengo

Hormigas

Hormigas

Posiblemente los insectos que mejor me caen son las hormigas (en tratándose de insectos siempre hay que hablar en plural) (ya se dirigía Machado a las moscas como las familiares). Son gregarias, ordenadas, trabajadoras y constantes. Y, sobre todo, millonarias.

Jules Renard, en su hermoso librito "Historias naturales", ilustrado por Toulouse-Lautrec y musicado por Maurice Ravel (en alguno de sus textos), dice que cada una de ellas se parece al número 3.

O'Henry sostiene que la hormiga es el más sabio de los insectos.

Están por todas partes. Son tranquilas y amables. Pequeñas y grandes. Negras, rojas y traslúcidas. Cuando encuentran un rastro lo siguen y avisan rápidamente a todo el formicario. Pronto se forman verdaderas caravanas de hormigas de ida y vuelta. No descansan en ningún caravasar (palabra bonita donde las haya), sino que van directamente al hormiguero, sin entretenerse, cumpliendo fielmente su destino metódico.

En la cocina pueden ser temibles, una verdadera plaga. Pero son un buen sustituto de la sal. Además le dan color al huevo.

A la ida van de vacío. A la vuelta, igual de ligeras, arrastran objetos presumiblemente comestibles que suponen, en peso y espacio, cinco o diez veces su propio cuerpo. Caminan en linea recta, saltando los obstáculos a su paso, nada de franquearlos como el resto de los mortales. A veces trepando sobre ellas mismas para salvar abismos. A veces colaboran entre dos o tres para portar una hoja excesivamente grande. A veces una lleva a otra compañera en volandas que se ha empeñado en ayudarla...

Siempre trabajando. Siempre atareadas. Constantes. En verano, en invierno. Mientras la cigarra canta o se muere de pena. Aunque es sólo un cuento, pues tanto la cigarra como la hormiga hibernan, o sea, en los meses fríos están aletargadas.

La hormiga madruga. Es responsable. Va a lo suyo y no se mete con nadie. No como las moscas que se aprietan (acaban por mosquear) o como el mosquito trompetero, que además amenaza (aunque, dicen, pican nada más que las hembras) (en eso se parecen en parte a los humanos) (sin intención de ofender).

Bueno, también está el hormigón, que suele ir armado, como también está el cigarrón, que eso sí es una cigarra grande, sin nicotina, apenas.

¡Qué bien me caen las hormigas!

* Portada del libro de Jules Renard, "Historias naturales" (Círculo de Lectores, 2007).

1 comentario

joven llanos -

La mirada del mosquito

Te pareces a un mosquito que se cree importante. Al ver una brizna de paja flotando en un charco de orina de cerdo, el mosquito levanta la cabeza y piensa : «Hace mucho tiempo que sueño con el mar y con un barco, ¡y aquí están por fin !»

El charco de agua sucia le parece profundo e ilimitado porque su iniverso tiene la estatura de sus ojos, y estos ojos sólo ven océanos semejantes a ellos. De pronto, el viento mueve un poco la brizna de paja y el mosquito se dice: « Soy un gran capitán ».

Si el mosquito conociese sus límites, sería como el halcón. Pero los mosquitos no tiene la mirada de los halcones.~

Yalal Al-Din Rumi (1207-1273), «Al-Matnawi»