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El paladar de Edu Lozano

El paladar de Edu Lozano

Los veranos del Corral. X Muestra Andaluza de Flamenco

Flamenquísima la actuación de Edu Lozano el penúltimo día de Los veranos del Corral. Edu Lozano, evidencia su paso por las compañías de Javier Latorre y Eva Yerbabuena, y despega en solitario afianzando su carisma de bailaor imprescindible en el joven panorama andaluz. Con una técnica fuera de lo común y un compás preciso, Edu va deshilvanando su baile como quien no quiere la cosa. Quiero decir, que su presencia en el escenario, la primera impresión, no es la de un bailaor al uso (pasa igual con Fran Espinosa), pero su baile sencillamente arrebata.La música es una anécdota al servicio del baile, que el joven cordobés sabe utilizar. Su baile es reposado, lleno de silencios sugerentes y graciosos guiños de complicidad. Zapatea en su primera entrega dando lecciones de dominio, creatividad y alegría, como si fuera una fiesta. No se repite. Nunca se repite. El bailaor se renueva a cada paso, mientras su particular camino machadiano se va componiendo y llenando de color.

La segunda propuesta de la noche son unos tarantos, en extremo ralentizados, que baila su invitada, y presumiblemente su pupila, Estefanía Cuevas. Algunos momentos inmaduros los va paliando con buenas formas y un baile racional que seduce. Antes de convertir el levante a tangos, Estefanía los va anunciando con la danza más pesada y sensual. Para las seguiriyas, Edu Lozano aguanta el tipo. Congelado en la boca del escenario espera a que la sensible guitarra de Manuel de la Luz introduzca su falseta y que el cante de Pepe de Pura haga su entradilla. Después, el silencio se rompe con el latido a compás de la percusión atenta Juanfra González. Edu baila con todo el cuerpo, zapatea, mueve la cintura y los hombros, se palmea en las piernas y en el pecho… ¡Ay, si más de un bailaor de la tierra lo hubiera visto y tomara buena nota!

Para terminar, sin necesidad de quedar exhaustos, un soniquete moruno anuncia tangos cercanos a Granada. Otra vez tangos. El compás de cuatro tiempos impera. A Manuel de la luz lo apoya, como segunda guitarra Jesús Majuelo. Bien por el cante modulado de Jeromo Segura. Estefanía los aborda como en su anterior entrega, a cámara lenta. Es tan difícil como sabroso. Lozano, con traje blanco, salta a la escena y comienza un paso a dos pleno y satisfecho, lo que nos recuerda que este bailaor es también un buen coreógrafo (recordemos sus aportes al espectáculo de la Yerbabuena). Una propina por bulerías rematan una noche con mucho paladar. De las dos o tres mejores vividas este año en el Corral del Carbón.

* Edu Lozano en la foto (© Paco Sánchez)

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