La Chumbera apuesta por el calé
Patrimonio Flamenco
El sábado 17 dio comienzo la temporada invierno-primavera en el Centro Internacional de Estudios Gitanos La Chumbera. Desde enero hasta junio, se irán sucediendo un ramillete de artistas con algunos puntos en común. Casi la totalidad de los flamencos que pisarán las tablas son gitanos y la gran mayoría son de la tierra. Se intercalará gente novel con otra más veterana. Su horario se retrasa media hora, en vez de a las nueve será a las y media, para dar tiempo a iluminar la Alhambra, verdadero protagonista de este escenario, que abre su balconada al insigne monumento nazarí. Su precio seguirá siendo asequible, convirtiéndose en uno de los mejores locales para ver un flamenco serio y popular. El cante, el toque y el baile se sucederán en La Chumbera, apostando por el espectáculo completo y mayoritariamente festero, por el tipo de público que allí acude, en su mayoría extranjeros y jóvenes. Una asignatura pendiente en esta sala es el factor técnico. Es decir, el sonido y la luz, que, por las especiales características del escenario, como pueden ser su gran cristalera al fondo de la escena y su altura diáfana, son difíciles de controlar. Algunos de los nombres que pasarán por el Centro serán: al cante, Jaime Heredia “El Parrón”, José Fernández o Manuel Heredia; a la guitarra, Rafael Habichuela, Emilio Maya, Carlos Zarate o Manuel Fernández; al baile, Angustias “La Mona”, Raquel “La Repompa”, Isa Vega o Lucia Guarnido; y a la percusión el brasileño Rubén Dantas.
El sábado inauguró las sesiones el cante añejo y sesgado de Antonio Carmona, con resultado bastante flojo y deslabazado, amén de poco dinámico y sin perspectiva.
Aunque Antonio abrió por alegrías y tangos, donde se le reconoce y se siente más a gusto es en el cante jondo. De forma que sus mejores entregas vinieron por levante y en forma de soleares o fandangos. A su lado, un Rafael Habichuela especialmente inspirado hizo las delicias del público atento. Destacó este músico sobre todo improvisando en las bulerías y haciéndole guiños a otras músicas. Capítulo aparte merece también Raquel La Repompa, que abordó las bulerías finales con sabia sacromontana y la gracia de quien le hierve la sangre a compás. Después de algún tiempo sin ver a esta bailaora malagueña, sorprende su evolución, su tino y su verdad sobre las tablas.
1 comentario
Ellen Birgitte -
Saludos flamenkitos, E.B.