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volandovengo

Las siete vidas de un gato

Las siete vidas de un gato

Ayer oí en las noticias que en ciertas partes de china se siguen comiendo los gatos. Incluso los roban para venderlos con esta finalidad. Los dueños lloran desconsolados. Los usuarios del restaurante saborean un delicioso gato casero con salsa agridulce.

¿Y si les diésemos liebre por gato?

Entre apuntes antiguos encuentro este texto desgarrador del lunes, 16 de julio de 2007. Desgarrador por la impotencia, la indiferencia y el recuerdo estremecido de gato troceado.

Hoy he visto como atropellaban a un gato pequeño en la autovía. El conductor no pudo evitarlo, el pequeño felino se metió debajo de las ruedas. No creo que el del volante se diera cuenta, sólo lo vimos los de atrás. No hizo nada, ni girar ligeramente ni hacer amago de frenar. Observamos como al gato se le iban yendo una a una las siete vidas que poseía. Dio un salto por cada vida hasta que quedó tumbado inconsciente en la línea discontinua. Pasamos de largo, como todos. Llegábamos tarde al trabajo.

2 comentarios

volandovengo -

Sí. Siempre he pensado que morir es muy fácil. Lo difícil, quizá, es seguir viviendo.

Jesús Lens -

O, quizá, ya era la séptima... casi que prefiero pensar. Pero sí. La vida es frágil.