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Virtuosa clausura de La Chumbera

Virtuosa clausura de La Chumbera

Patrimonio Flamenco

Destaca en el concierto de Juan Habichuela ‘Nieto’ su coherencia y esfericidad. Un recital sin fisuras donde la guardia no se puede bajar. De principio a fin, el virtuosismo del joven guitarrista cercena cualquier objeción. Y es que ya lo he dicho en algún otro momento, Juan Habichuela está llamado a ser uno de los grandes. Por las venas de Juan corre inevitablemente la savia de sus mayores, desde que ‘Habichuela el Viejo’ improvisara su primer soniquete por tangos. El rasgueo y la limpieza familiar son sus señas de identidad. Más la ligereza ejecutiva, la constancia creadora y una cabeza muy bien puesta sobre los hombros.

Sin embargo, circunstancias adversas, dentro de la notabilidad, crean esas pequeñas aristas que hacen que la redondez aludida en un principio no aparezca totalmente pulida. La Chumbera es una sala difícil. Su vacío incontrolado y su gran cristalera (con hermosas vistas a la Alhambra) la hacen difícil de sonorizar y de iluminar. Los técnicos, con muchas horas de prácticas, palian estas carencias como mejor pueden. Pero me temo que La Chumbera es sólo una gran habitación con vistas.

Por otro lado, el músico diez hace agua cuando no se rodea de un cuadro que sobresalga igualmente, que le vaya a la zaga y que al menos no le haga sombra. No es así, sin embargo, Juan se arropa de una segunda guitarra de base (Pepe Maya ‘Martote’), de unas voces descoordinadas (Alicia Morales y Santisteban), de la percusión de José Antonio Carmona (sorprendentemente más integrada que de costumbre), con el violín cartesiano de Maya Yoshida y del protagonismo inexplicable de Juan Andrés Maya e Iván Vargas en el baile.

Como buen director, en cambio, sabe dosificar el trabajo de su equipo. Potencia algunos momentos y acalla otros. Quiere crear un diálogo continuo con el baile (lo que vemos en la seguiriya primera), con el violín (farruca), con las voces (alegrías).

Es un acierto comenzar con el baile rotundo de los Maya. Un baile cerrado y medido al servicio de la guitarra. Una discusión sin discusión entre los imposibles arpegios del protagonista y los bastones de los bailaores.

Continúa en solitario por rondeñas y por fiesta. Son los momentos más conseguidos. “El pájaro solitario siempre se posa en la rama más alta”, decía San Agustín. Las desnudeces, en este caso, son las mejores galas. Las farrucas son bellas y fantasiosas. Se dimensionan emotivas con la grave cadencia del violín.

Otro poquito de baile, que empieza en Cádiz y desemboca por bulerías, arropado por todo su grupo, vuelve a dimensionar la sala. De aquí, las alegrías vienen cantadas. Un poquito por rumbas distensiona los artistas, para acabar por las vertiginosas bulerías a que Juan nos tiene acostumbrados.

De este Centro de Estudios Gitanos marchamos a La Platería, donde se le impuso la Insignia de Oro de la peña a Manuel Santiago Maya ‘Manolete’. Después de unos dudosos preliminares en los que hablaron Enrique Seijas, como presentador del acto; Miguel Clavero, presidente de la peña; José Torres Hurtado, alcalde de Granada; y el mismo Manolete; tuvo lugar un espectáculo más entrañable que eficaz, desarrollado por la familia del bailaor, encabezada por su hija Judea Maya.

No estuvo mal a pesar de que el sonido no tuviera la finura deseada (aunque el equipo estaba sobrado) y el escenario fuera una ofensa para el baile.

* (FOTO: © Antonia Ortega Urbano)

4 comentarios

volandovengo -

Es una de las tantas fachadas de nuestro Ayuntamiento que no le interesa el Sacromonte ni su industria. No es la forma, pero al menos dan cuartelillo a un sector de los flamencos de la provincia (¿discriminación positiva?) y ofrecen flamenco a granel con precios asequibles.

Paul -

Lo de la Chumbera es desde su inicio una estafa más que soportan los granadinos. Un espacio imposible para la música, con un equipo gestor fruto del pesebre del PP.

volandovengo -

Juan, yo nunca he escuchado un buen sonido en La Chumbera y por eso me parece insonorizable (y así lo he dicho), aunque seguro que se puede hacer mejor. Digo lo mismo que tú:lástima que cuando trabajabas allí no coincidimos.
No justifico a nadie, pero no voy a machacar más algo que ya he denunciado sobremanera. Además el objeto de la crítica no se puede basar sólo en eso.

Juan -

¿Estás justificando la ineficacia de unos arrivistas cuyo mérito es el de gozar de un "enchufe" politicofaccioso?Lástima que cuando trabajé allí tú no escribias...