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volandovengo

Pellizco gitano

Pellizco gitano

Flamenco en La Platería

El sábado se presentó tan caprichoso como desapacible. Las redes de Halloween, una fiesta importada y hortera, se iban extendiendo a través del largo fin de semana y amenazaba a no dejar a nadie con la cabeza sobre los hombros. (De hecho acabé la noche con una gran cicatriz dibujada en el pómulo izquierdo chorreando de rojo hasta la camiseta.)

Esos días intento encerrarme tortugamente y aparecer después de la tormenta. Pero cómo no ir a La Platería que cantaba Toñi Fernández. Así que, más tarde de lo acostumbrado partí para la peña.

A Toñi ya la había visto en Las Gabias hace unos años y me entusiasmó su frescura, su potencia y su pellizco gitano.

Ahora, con dos o tres años de diferencia, me apetecía ver su evolución y disfrutar nuevamente de esta voz joven y lamentablemente escasa.

Ricardo Rivera era el guitarrista, a quien nunca había visto y, después me enteré, era la primera vez que actuaban juntos. Aspecto que no trascendió realmente. Los cantes fueron básicos y, cuando un tocaor está hecho para acompañar, puede amortiguar a la perfección a cualquier cantaor.

Así, el guitarrista gaditano estuvo bastante correcto, exacto por momentos y brillante en los solos por alegrías, tarantas o bulerías.

Desde bambalinas salió Toñi cantando una zambra a palo seco. El aguardiente preciso ya empezaba a hacer vibrar, aunque un punto de inseguridad restaba calidez al conjunto y la voz algo tomada llegaba a traicionar. De cualquier forma, la noche se presentaba segura.

La soleá, posiblemente su mejor entrega, fue larga y sentida. Sin duda, la incondicionalidad estaba ya ganada.

Los tangos sin embargo dejaron algo que desear. Estamos acostumbrados a la impecable interpretación de los tangueros de la tierra. El titubeo no se concibe.

La promesa por levante no se correspondió con el resultado. Dos tarantas, preparadas junto a ‘El Pele’ y un taranto de Almería, su lugar de origen, dejaron algo indiferentes.

Para la segunda parte la cantaora llegó con nuevos bríos y seguridad. Las alegrías, sin embargo fueron un desconcierto, arreglado con creces por la seguiriya y su apoteósico macho final. Los fandangos tampoco llegaron a convencer. Pero por bulerías fue un dechado de arte y gracia, demostrando que lo suyo son los marcados cantes gitanos.

2 comentarios

volandovengo -

Tienes razón, Carlos, no fue en Ogíjares sino en las Gabias. Ahora mismo lo corrijo.
Intento escribir sobre el flamenco que veo, así que no merezco agradecimientos de ningún tipo. Además, es un placer escribir cuando me ha gustado el espectáculo.
Sigo pensando que los cantes libres se adaptan menos al concepto y la tesitura de Toñi. No obstante las tarantas no estuvieron mal, pero es bueno intentar el sobresaliente.

Carlos Fernández -

Gracias, por hacer un hueco en tu blog para Toñi, me he hecho gracia con lo de las alegrías, porque fue lo mismo que le dije yo, ¿que desaliñado has hecho?, hizo alegrías porque el Ricky quería hacerlas pero es un palo que Toñi tiene que montar bien, y trabajarlo.
Las tarantas a mi si me llegaron a gustar bastante, pero yo creo que el público en general no es receptivo a ese tipo de cante por levante mas recortado, si no que le gusta mas que se alarguen los tercios, creo yo, porque en los fandangos pasó mas o menos lo mismo, Toñi hizo fandangos de la Calzá, Enrique el Almendro que los popularizo Caracol y Manuel Torre y a lo mejor a la gente le gusta mas el de Huelva donde se estira mas el cante, pero bueno es cuestión de enfoque y todavía queda mucha carrera por delante, para ir trabajando muchos aspectos en lo que ella tiene que ganar enteros, agradecerte tu sinceridad, en tus comentarios.
Un detalle no recuerdo a Toñi en Ogijares, si en las Gavias este mismo año el día 6 de febrero.