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La hermandad gitana

La hermandad gitana

Festival Internacional de Música Gitana

De lo que más me impresionó cuando asistí al Festival de la asamblea gitana, además de la variedad de comunidades repartidas por todo el mundo pertenecientes al mismo pueblo, es la hermandad que une a todos ellos. Cuando salimos del Auditorio de La Chumbera, donde nos esperaba un gran cóctel, tuve la oportunidad de conocer y charlar con algunos de los asistentes. Hablando con el presidente de la agrupación gitana de Asturias me comentaba que ellos podían recorrer todo el mundo sin ningún desamparo. Todos los de su étnia, que entre ellos se reconocen con felicidad, se tratan como hermanos y abren sus puertas de par en par sin necesidad de hacer preguntas.

También me enteré de que a los gitanos españoles, hace algún tiempo, se les achacaba que no hubieran conservado el romanó (la lengua de los gitanos) y no se entendieran con foráneos. Ya llevan un tiempo cuidando este idioma y fomentándolo entre las familias. Esto es debido, me comentaba Antón Carmona, a que los gitanos de fuera no habían dejado de ser nómadas y habían seguido cultivando este lenguaje, mientras los españoles se hicieron sedentarios y no tuvieron esa necesidad.

El Festival, que formó parte del primer Congreso de Mujeres Gitanas, celebrado en Granada, los días 23, 24 y 25 de octubre de este año, que reunió a gentes de Europa, Suramérica y Asia, fue una muestra sensible del folklore de este pueblo que, como punto de unión, pueden tener la alegría y el sentido musical del ritmo.

La presentación se hizo en varios idiomas y comenzó por un texto muy aplaudido donde se reivindicaban las bondades y creencias del pueblo rom.

La representación española abrió la velada. En concreto, una representación de gitanos malagueños y granadinos, con ‘La Repompa’ a la cabeza y el flamenco, como no podía ser de otra forma, por bandera. Unos martinetes rompieron el silencio para dar paso a Alba Heredia, muy en su papel, bailando por soleares. ‘La Repompa’, con carisma y acierto, hizo lo que sabe hacer, especie de cuplé encadenado por bulerías cantado y casi recitado mientras baila. Terminan entonando el himno gitano, Gelem-gelem, por bulerías como fin de fiestas.

Finlandia reemplaza a los españoles cantando desde el patio de butacas hasta el escenario. Son la Familia Akerlund, el padre, con la guitarra, y la madre y la hija cantando, con unas voces impresionantes y un dominio de los altibajos realmente sobresaliente. Su repertorio son canciones gitanas tradicionales finlandesas muy sentidas, en gran medida coreadas por el público conocido.

A continuación, en representación de Holanda, salió una pareja perteneciente a la World Artits Iniciative ‘Khetanes’. Roger Moreno, compositor alemán mundialmente conocido, que compuso recientemente un Réquiem para las víctimas de Oslo, tocaba el acordeón (aunque también tañe con virtuosismo el violín). Piroschka Triska es una de las voces gitanas más bellas de Europa. Su repertorio igualmente consistió en un recorrido por las canciones gitanas tradicionales de Holanda y Alemania. Ella, con vestido de vuelo multicolor, apuntó varias concesiones al baile, con un agitar de hombros maravilloso y una sonrisa perfecta.

Para cerrar el encuentro, Sapera Shanti y Sageeta, dos gitanitas procedentes de Rajasthan, en La India, pusieron la guinda final, con su danza típica llena de color, vueltas sin fin y de tintineo de decenas de campanillas enroscadas en su cuerpo o en sus vestidos. No serían bailarinas de primera fila por sus silencios, titubeos e improvisaciones, pero tenían toda la gracia y la frescura del exotismo de su país, en el que podemos vislumbrar algún deje que han conservado las flamencas a través de los siglos, pues de La India proviene este pueblo. Fueron varias danzas tradicionales, con música en off. Las primeras, individualmente, la última en pareja, duplicando así su eficacia. Estas bailarinas, que danzan descalzas, son verdaderas contorsionistas. Una se quitó sendos anillos de las manos y, echándose hacia atrás, sin doblar las rodillas, los recuperó con el guiño de los ojos. La otra hizo lo propio con un billete de veinte euros, agarrándolo con la boca.

Entre medias de las hindúes, salió una espontánea de Lituania, que no estaba en el programa (“los gitanos somos así”, dijo la presentadora, de origen colombiano) que, con ayuda de un disco, cantó una bella canción de su país.

* Roger Moreno y Piroschka Triska en la foto.

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