El hombre de las dos rajas
Hay en Granada desde hace un tiempo una campaña de la UPA (Unión de Pequeños Agricultores) en los autobuses urbanos que, desde el principio, me chocó. No por el mensaje o la desnudez del anunciante, secretario de tal asociación, ni por la simplicidad del montaje ni por emplear el escudo antiguo de la Diputación (aunque como ya volvemos a ser de derechas…) y ni siquiera por el escorzo en una foto que termina por parecer deforme.
Es el texto en sí que, además de ser provinciano hasta la saciedad, atenta contra cualquier construcción lógica de la lengua.
El mensaje dice así: “Consumir frutas y verduras de España es… Natural y las de Granada excepcionales”.
Admitimos como buena la primera frase, con el patrioterismo intrínseco o los innecesarios puntos suspensivos. Pero el segundo enunciado no hay por dónde cogerlo. Se supone que tiene que concordar con el primero, entre otras cosas en número. Si en un principio se habla en singular, por qué finaliza en plural. Y cuál es el verbo, elíptico, por lo que se entiende. ¿Consumir también? ¿Acaso ser? No me encaja.
Por último, excepcionales, o excepcional, que crea un paralelismo ripioso con natural, no tiene nada que ver con el primer adjetivo, pues la intención, deduzco, es la de formular un superlativo.
Se me ocurren varias formas de enunciar tal campaña, pero me voy a limitar sólo a denunciar.
3 comentarios
volandovengo -
B -
CARLOS PALOMO BLANCO -